Después de 10 años de la fundación de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) hoy por hoy son pocos los reconocidos de estas luchas, entre ellos se encuentran algunos de los relatos de las vendedoras que se apuestan en alrededores de la nuestra universidad.
Doña Pastora Castilla
“Me acuerdo que desde 1ro de mayo del 2000 donde vi una muchedumbre que venía desde la Ceja de El Alto en son de marcha gritaban que viva la universidad de El Alto". Entre gremiales, juntas de vecinos estudiantes y otros que se esperanzaban con tener la universidad que perteneciera a la ciudad de El Alto.
Son palabras de Doña Pastora Castilla una de las vendedoras de dulces en las puertas de la Universidad Publica de El Alto.
Desde hace mucho antes que se fundó estaba vendiendo antes era todo tierra y polvo después vino la Técnica de la UMSA y hoy por hoy es la universidad.
Esta avenida estaba lleno de comerciantes, parecía mercado cuando se inauguró la universidad, luego de una semana poco a poco desaparecieron pocos quedamos en este lugar.
Vendedora de dulces en puertas de la UPEA
Los gases lacrimógenos de los policías que tiraban era lo más fuerte que soportar, entre tantas marchas y huelgas por días eran los principales motivos para que poco a poco se desaparecieran y se desanimaran para continuar.
Me acuerdo que solo entre ocho señoras continuamos las que nos conocíamos muy bien, Doña Alicia, Doña Martha, Doña Enriqueta, Doña Lorenza, Doña Germania, Doña Cornelia y Yo.
Éramos un grupo de señoras que recuerdo bien apoyábamos en todas las marchas, reuniones y huelgas de hambre que protagonizo por crear y formar esta UPEA.
De momento fungíamos como las mamas de los universitarios, las mamas de los universitarios no venían los jóvenes estaban solos, nos reuníamos para conseguir agua, refrigerios, en algunos casos café y mate preparábamos para los huelguistas todo era bien venido.
Los universitarios pasaban sus clases en velas no tenían luz, algunos sentados en ladrillos y cosas viejas eran muy preocupante el estado de los estudiantes, en ese momento todo faltaba hasta petardos reunimos con colaboración de los vecinos.
No me acuerdo cuántas marchas asistimos perdimos la cuenta, pero eran varias y todos los días todo por conseguir nuestra Universidad en la ciudad de El Alto.
Fuente En la UPEA
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