La Paz, 7 mar (ABI).- La ch'alla del Martes, el cierre tradicional del Carnaval boliviano, responde a un ritual propio del mundo andino y cuyo fin principal radica en pedirle a la Pachamama o Madre Tierra, la concesión de bienes materiales y espirituales.
Los elementos de ofrenda a la Madre Tierra son, con matices, los mismos en todas las zonas de Bolivia, donde habitan 36 naciones originarias, 2 de ellas, quechuas y aymaras, mayoritarias en la población nacional de 10 millones concentradas en los Andes.
La ofrenda principal a la naturaleza es 'la mesa', mezcla incienso, copal, dulces, preparados con diferentes figuras para expresar pedidos de diversas intenciones, confites, hojas de coca, cigarrillos y hasta figuritas plateadas o doradas.
Asimismo alcohol, confites, mixtura, serpentina, pétalos de flores, hojas de coca, frutas, bebidas, vino, cerveza, chicha, singani y, últimamente, whisky, todo para agradar más a la Pachamama.
Los cohetillos y fuegos de artificio adquieren importancia en la ocasión, porque según la creencia, ahuyentan a los malos espíritus y convocan a los buenos, para que traigan bendiciones y buena suerte.
Antes de la ch'alla, los abuelos, hijos, hermanos, esposos, cuñados y en sí toda la familia decoran la casa, el lugar de trabajo, equipos, maquinarias, herramientas movilidades, diversos artefactos.
Si es en el campo, además de la casa y la chacra, las herramientas, árboles y animales también deben ch'allarse, ordena la tradición.
Para adornar se utiliza: globos, serpentinas, flores o pétalos de flores, adornos especiales con papel estañado de color y también plástico.
A tiempo de poner la "mesa" en las brasas se reza una plegaria a la Pachamama.
Al ch'allar se rocía con los elementos preparados preferentemente en las esquinas, si hay gradas de abajo hacia arriba.
Los confites son lanzados hasta el techo.
Aquí también se dice una plegaria a la Pachamama o Madre Tierra, pidiéndole sus bendiciones para que durante el año haya felicidad en el hogar, buena salud y bienestar para la familia, prosperidad en el trabajo, si no lo tiene para que ayude a conseguirlo.
Unos comienzan muy temprano; otros, lo hacen al final de la mañana, en ambos casos con brindis continuados, para terminar al mediodía con una merienda.
La comida es muy variada de acuerdo con las costumbres de la región, pero casi siempre están las carnes de puertos, llama, cordero, pollo y de res, además de platos típicos de la fecha, como el ch'ajchu.
La música folklórica es el condimento ideal para la alegría y el baile, acompañado de copetines para mojar por dentro y abundante agua, para mojar por fuera.
Fuente ABI
Los elementos de ofrenda a la Madre Tierra son, con matices, los mismos en todas las zonas de Bolivia, donde habitan 36 naciones originarias, 2 de ellas, quechuas y aymaras, mayoritarias en la población nacional de 10 millones concentradas en los Andes.
La ofrenda principal a la naturaleza es 'la mesa', mezcla incienso, copal, dulces, preparados con diferentes figuras para expresar pedidos de diversas intenciones, confites, hojas de coca, cigarrillos y hasta figuritas plateadas o doradas.
Asimismo alcohol, confites, mixtura, serpentina, pétalos de flores, hojas de coca, frutas, bebidas, vino, cerveza, chicha, singani y, últimamente, whisky, todo para agradar más a la Pachamama.
Los cohetillos y fuegos de artificio adquieren importancia en la ocasión, porque según la creencia, ahuyentan a los malos espíritus y convocan a los buenos, para que traigan bendiciones y buena suerte.
Antes de la ch'alla, los abuelos, hijos, hermanos, esposos, cuñados y en sí toda la familia decoran la casa, el lugar de trabajo, equipos, maquinarias, herramientas movilidades, diversos artefactos.
Si es en el campo, además de la casa y la chacra, las herramientas, árboles y animales también deben ch'allarse, ordena la tradición.
Para adornar se utiliza: globos, serpentinas, flores o pétalos de flores, adornos especiales con papel estañado de color y también plástico.
A tiempo de poner la "mesa" en las brasas se reza una plegaria a la Pachamama.
Al ch'allar se rocía con los elementos preparados preferentemente en las esquinas, si hay gradas de abajo hacia arriba.
Los confites son lanzados hasta el techo.
Aquí también se dice una plegaria a la Pachamama o Madre Tierra, pidiéndole sus bendiciones para que durante el año haya felicidad en el hogar, buena salud y bienestar para la familia, prosperidad en el trabajo, si no lo tiene para que ayude a conseguirlo.
Unos comienzan muy temprano; otros, lo hacen al final de la mañana, en ambos casos con brindis continuados, para terminar al mediodía con una merienda.
La comida es muy variada de acuerdo con las costumbres de la región, pero casi siempre están las carnes de puertos, llama, cordero, pollo y de res, además de platos típicos de la fecha, como el ch'ajchu.
La música folklórica es el condimento ideal para la alegría y el baile, acompañado de copetines para mojar por dentro y abundante agua, para mojar por fuera.
Fuente ABI
1 comentario:
Salud a la Pachamama.
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