Tres ciudadanos bolivianos fueron procesados por "reducción a servidumbre" de empleados a los que obligaban a trabajar en condiciones inhumanas en un taller textil clandestino de la Ciudad de Buenos Aires.
La decisión fue adoptada por el juez federal Ariel Lijo, que procesó sin prisión preventiva a Rocy Mari López Cisneros, de 39 años, y a Marco Antonio Cáceres Flores, de 67, como autores de ese delito, con un embargo de 100.000 pesos.
Asimismo, procesó a Orlando Javier Pariguana Mamani, de 27 años, como "partícipe necesario", con un embargo de 30.000 pesos, según consta en una resolución de treinta carillas.
El magistrado probó que "al menos entre junio del año 2007 y el 3 de octubre de 2011, López Cisneros y Cáceres Flores redujeron a servidumbre a las distintas personas que contrataron como empleados", en un taller textil ubicado en Pola 1995/97.
A los empleados se los sometía a "precarias condiciones laborales, sin permitirles salir del lugar, haciéndolos pasar, incluso, las noches en improvisadas habitaciones que los empleados tenían destinadas para continuar bajo la esfera de custodia de los empleadores", precisa la causa.
A Mamani se le atribuye el rol de "encargado y mano derecha" de la pareja a la que prestaba "una colaboración indispensable en el taller" y era quien efectuaba la entrega de la ropa.
Durante la investigación se comprobó "que distintos empleados -todos ellos extranjeros, algunos indocumentados- estuvieron viviendo y trabajando bajo llave, durante días enteros, en el interior de la fábrica ... inclusive trasladándose por el interior de los domicilios por un boquete en la pared y en misérrimas condiciones".
Lijo explicó que "los empleados se vieron obligados a aceptar el tácito contrato que tuvieron con el empleador, en esas inhumanas condiciones, debido a que era la única opción que tenían para conservar el trabajo" ya que "han sido sujetados" a esas tareas "y a una ocupación propia de siervo" en la que "no reclamaban mejores condiciones por miedo".
Página Siete
La decisión fue adoptada por el juez federal Ariel Lijo, que procesó sin prisión preventiva a Rocy Mari López Cisneros, de 39 años, y a Marco Antonio Cáceres Flores, de 67, como autores de ese delito, con un embargo de 100.000 pesos.
Asimismo, procesó a Orlando Javier Pariguana Mamani, de 27 años, como "partícipe necesario", con un embargo de 30.000 pesos, según consta en una resolución de treinta carillas.
El magistrado probó que "al menos entre junio del año 2007 y el 3 de octubre de 2011, López Cisneros y Cáceres Flores redujeron a servidumbre a las distintas personas que contrataron como empleados", en un taller textil ubicado en Pola 1995/97.
A los empleados se los sometía a "precarias condiciones laborales, sin permitirles salir del lugar, haciéndolos pasar, incluso, las noches en improvisadas habitaciones que los empleados tenían destinadas para continuar bajo la esfera de custodia de los empleadores", precisa la causa.
A Mamani se le atribuye el rol de "encargado y mano derecha" de la pareja a la que prestaba "una colaboración indispensable en el taller" y era quien efectuaba la entrega de la ropa.
Durante la investigación se comprobó "que distintos empleados -todos ellos extranjeros, algunos indocumentados- estuvieron viviendo y trabajando bajo llave, durante días enteros, en el interior de la fábrica ... inclusive trasladándose por el interior de los domicilios por un boquete en la pared y en misérrimas condiciones".
Lijo explicó que "los empleados se vieron obligados a aceptar el tácito contrato que tuvieron con el empleador, en esas inhumanas condiciones, debido a que era la única opción que tenían para conservar el trabajo" ya que "han sido sujetados" a esas tareas "y a una ocupación propia de siervo" en la que "no reclamaban mejores condiciones por miedo".
Página Siete
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