Nació hombre pero nunca se reconoció como tal. A sus 11 años se dio cuenta de su femineidad y siendo universitario dio el primer paso hacia un cambio total de su cuerpo. Hoy, Diana Málaga es una “trans” de pollera y busca que el Estado reconozca que es una mujer en cuerpo y alma.
“Cuando tenía entre 8 y 10 años sentía una femineidad no explicable, no sabía a qué atribuirlo; me parece que nací para ser mujer”, confesó ayer Diana en la presentación del Proyecto de Ley de Identidad de Género.
Esta propuesta busca que el Estado le reconozca, como a otras personas transgénero, su cambio de identidad sexual. Este proyecto es impulsado por la Red Nacional de Mujeres Travestis, Transexuales y Transgéneros de Bolivia (Red TREBOL).
El cambio no es sencillo. Diana dijo que después de varias modificaciones en su apariencia física, se sometió a cirugías. “No hace mucho me hice una castración quirúrgica por mi necesidad de mostrar mi femineidad”, relata.
Pero a diferencia de muchas “trans”, ella optó por vestir polleras para reafirmar aún más su identidad indígena. “Hace ocho años tenía la silueta como muchas mujeres ‘trans’. Era delgada y me veía muy bien, pero la vestimenta de la madre de mi papá y de mi mamá influyeron para que utilizara polleras. Utilicé esa ropa porque es una identidad muy importante para mí”, dice y lo demuestra cada día con el cuidado que tiene en su apariencia.
Ahora busca formar una familia con su novio. “Estamos en planes de tener un hijo probeta”, cuenta con orgullo.
Como Diana, otras “trans” consiguieron el cambio total. Salma y Gabriela cuentan que su transformación la consiguieron paso a paso. “Lo primero es hacernos crecer el cabello y luego cirugías para el busto”, dice una de ellas.
Página Siete
“Cuando tenía entre 8 y 10 años sentía una femineidad no explicable, no sabía a qué atribuirlo; me parece que nací para ser mujer”, confesó ayer Diana en la presentación del Proyecto de Ley de Identidad de Género.
Esta propuesta busca que el Estado le reconozca, como a otras personas transgénero, su cambio de identidad sexual. Este proyecto es impulsado por la Red Nacional de Mujeres Travestis, Transexuales y Transgéneros de Bolivia (Red TREBOL).
El cambio no es sencillo. Diana dijo que después de varias modificaciones en su apariencia física, se sometió a cirugías. “No hace mucho me hice una castración quirúrgica por mi necesidad de mostrar mi femineidad”, relata.
Pero a diferencia de muchas “trans”, ella optó por vestir polleras para reafirmar aún más su identidad indígena. “Hace ocho años tenía la silueta como muchas mujeres ‘trans’. Era delgada y me veía muy bien, pero la vestimenta de la madre de mi papá y de mi mamá influyeron para que utilizara polleras. Utilicé esa ropa porque es una identidad muy importante para mí”, dice y lo demuestra cada día con el cuidado que tiene en su apariencia.
Ahora busca formar una familia con su novio. “Estamos en planes de tener un hijo probeta”, cuenta con orgullo.
Como Diana, otras “trans” consiguieron el cambio total. Salma y Gabriela cuentan que su transformación la consiguieron paso a paso. “Lo primero es hacernos crecer el cabello y luego cirugías para el busto”, dice una de ellas.
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