Las almas llegan el primero de noviembre y se van el 2 de noviembre.
El Ministerio del Trabajo dispuso horario continuo para este martes y feriado nacional para el miércoles 2 de noviembre por la celebración de la festividad de Todos Santos.
Esta cartera de Estado estableció mediante comunicado que las empresas privadas deberán adecuarse a esta disposición de forma concertada con sus trabajadores, al considerar que este feriado rige en todo el territorio nacional con suspensión de actividades públicas y privadas.
Siguiendo la tradición Católica, las familias bolivianas comenzaron sus preparativos para recibir al mediodía de hoy la visita de las almas de sus seres queridos. La venta de panecillos dulces con formas de bebés (t’anta wawas) y otras masitas se incrementó en los diversos mercados del país, al igual que los hornos barriales que se vieron repletos de familiares de los difuntos que elaboran estos productos tradicionales para entregarlas a cambio de un rezo por el alma del fallecido.
Según la creencia, las almas llegan el primero de noviembre y se van el 2 de noviembre. Es por ello, que muchas familias colocan en pequeños altares, flores, comida y bebidas que le gustaban en vida al difunto, cuya fotografía es alumbrada por velas.
La Prensa
El Ministerio del Trabajo dispuso horario continuo para este martes y feriado nacional para el miércoles 2 de noviembre por la celebración de la festividad de Todos Santos.
Esta cartera de Estado estableció mediante comunicado que las empresas privadas deberán adecuarse a esta disposición de forma concertada con sus trabajadores, al considerar que este feriado rige en todo el territorio nacional con suspensión de actividades públicas y privadas.
Siguiendo la tradición Católica, las familias bolivianas comenzaron sus preparativos para recibir al mediodía de hoy la visita de las almas de sus seres queridos. La venta de panecillos dulces con formas de bebés (t’anta wawas) y otras masitas se incrementó en los diversos mercados del país, al igual que los hornos barriales que se vieron repletos de familiares de los difuntos que elaboran estos productos tradicionales para entregarlas a cambio de un rezo por el alma del fallecido.
Según la creencia, las almas llegan el primero de noviembre y se van el 2 de noviembre. Es por ello, que muchas familias colocan en pequeños altares, flores, comida y bebidas que le gustaban en vida al difunto, cuya fotografía es alumbrada por velas.
La Prensa
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