Con al menos un cigarro en la boca y ocupando el centro de un manto hecho de hojas de coca, las calaveras saldrán de paseo hoy y estarán de festejo, porque se celebra la festividad de “Las Ñatitas”, acto final que cada año cierra la semana conmemorativa de la fiesta de Todos Santos.
Hoy, miles de personas asistirán a la capilla del Cementerio General, en la avenida Bautista, para que el párroco bendiga con agua bendita la osamenta conservada de seres queridos.
Los actos comenzarán a partir de las 9:00 y no pararán hasta la tarde en que, ritual tras ritual, estarán acompañados de música religiosa realizada por grupos de intérpretes del camposanto.
Esta fecha es una fusión pagano-cristiana cuya raíz cronológica no queda clara, ya que si bien hay documentos que la identifican con la Colonia, su práctica y celebración se popularizaron en la década de los años 80.
La tradición que cierra la festividad de conmemoración de las almas manda a hacer bendecir a las calaveritas que las personas cobijan en sus hogares.
Es que la población que celosamente guarda las calaveras suele creer en poderes milagrosos que éstas tienen para resolver conflictos y penas.
Las osamentas suelen reposar en espacios resguardados de los domicilios, acomodadas en una urna de cristal.
Dentro de ese espacio nunca deben faltar el vasito de singani, las hojas de coca y el cigarrillo entre los dientes de la ñatita.
Cuando llega el momento de hacerle peticiones, dentro de las urnas se puede observar pequeños pedazos de papel dentro de la boca de la calavera, que llevan escritos los pedidos que se le hacen a la milagrosa.
Página Siete
Hoy, miles de personas asistirán a la capilla del Cementerio General, en la avenida Bautista, para que el párroco bendiga con agua bendita la osamenta conservada de seres queridos.
Los actos comenzarán a partir de las 9:00 y no pararán hasta la tarde en que, ritual tras ritual, estarán acompañados de música religiosa realizada por grupos de intérpretes del camposanto.
Esta fecha es una fusión pagano-cristiana cuya raíz cronológica no queda clara, ya que si bien hay documentos que la identifican con la Colonia, su práctica y celebración se popularizaron en la década de los años 80.
La tradición que cierra la festividad de conmemoración de las almas manda a hacer bendecir a las calaveritas que las personas cobijan en sus hogares.
Es que la población que celosamente guarda las calaveras suele creer en poderes milagrosos que éstas tienen para resolver conflictos y penas.
Las osamentas suelen reposar en espacios resguardados de los domicilios, acomodadas en una urna de cristal.
Dentro de ese espacio nunca deben faltar el vasito de singani, las hojas de coca y el cigarrillo entre los dientes de la ñatita.
Cuando llega el momento de hacerle peticiones, dentro de las urnas se puede observar pequeños pedazos de papel dentro de la boca de la calavera, que llevan escritos los pedidos que se le hacen a la milagrosa.
Página Siete
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