Este 2011 que se va ha sido un mal año para la popularidad del presidente de Bolivia, Evo Morales, que termina a la baja, pese a su empeño de ‘gobernar obedeciendo’.
La mayor parte de los observadores políticos coinciden en señalar tres factores, mejor dicho tres errores de estrategia. El primero fue aprobar y derogar días después el aumento de precios de los combustibles en casi en un 70 %, para eliminar la subvención en el mercado local.
Las elecciones judiciales, con un cuestionado proceso de selección de candidatos en la Asamblea Legislativa, reflejaron también el rechazo ciudadano. Hubo una mayoría de votos nulos y blancos frente a los votos válidos para las nuevas autoridades del Poder Judicial. Morales había asegurado que conseguiría el 70% de los votos y se equivocó.
La marcha indígena de tierras bajas exigía el respeto a la Constitución, que ampara los derechos de los pueblos originarios a la autodeterminación, y fue una muestra de rechazo a la construcción de una carretera a través de su territorio en el Parque Nacional del Isiboro Sécure, cabecera de la cuenca amazónica.
Los líderes indígenas arrancaron al Gobierno una ley de protección, pero el presidente Morales no está convencido de esta medida y promueve su derogación desde las filas de cocaleros y de las autoridades de Cochabamba.
La Comisión Económica para América Latina ha destacado el manejo de la macroeconomía boliviana, pero los expertos locales están preocupados por la menor producción de hidrocarburos, que obliga a importar gasolina, diesel y gas; la declinación de la agricultura y la oferta de alimentos; la ausencia de inversiones del sector privado y la menor eficacia del sector público.
El consuelo es que los precios de las materias primas están en auge. Aunque la producción no aumente sus volúmenes exportables, hay ganancias.
Hemos preguntado al director del Centro de Estudios Superiores de la Universidad de San Simón de Cochabamba, Fernando Mayorga, si este menor aprovechamiento de la coyuntura internacional de precios y los cambios de decisiones políticas se deben a inexperiencia en el manejo de la administración del Estado. Esta es su respuesta:
“Hay algo de peso en la inexperiencia gubernamental. Más que en estas decisiones, creo que en la gestión en general a nivel del Estado y en la ejecución de políticas públicas. Uno porque hay una debilidad estructural del Estado boliviano. Segundo, es un Estado que carece de una burocracia de especialistas, y tercero que tenemos una renovación profunda de la élite política y de la élite gobernante. Ha entrado mucha gente que, digamos, democratiza el aparato del Estado pero que carece de experiencia en el manejo de la cosa pública y esto ha tenido efectos negativos, sin duda”.
Otra cosa muy distinta piensa el senador del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) por Cochabamba, Adolfo Mendoza. “Si verdaderamente eso sucediera, si estuviéramos hablando de inexperiencia, entonces no tendríamos resultados positivos en términos macroeconómicos; es decir, más bien este gobierno está dando una lección a anteriores gobiernos en el tema macroeconómico. Yo creo que el problema está fundamentalmente en la gestión política. Pero insisto en el concepto: la gestión política depende mucho del tipo de conflictividad. Una cosa es cuando la sociedad exige algo viendo los intereses particulares que tiene, y otra cosa es cuando una demanda más bien refleja un bien común”.
El senador Mendoza destacó los aciertos macroeconómicos del Gobierno, entre ellos los doce mil millones de dólares en Reservas Internacionales y la generación de un sostenido crecimiento económico que ha derivado en la reducción de las desigualdades entre los bolivianos.
Fernando Mayorga considera que el presidente Morales se ha dado cuenta de su desgaste y para recomponer su base de apoyo político ha convocado no solamente a sus seguidores sino que además se ha abierto a otros sectores, como los empresarios privados, pidiéndoles que respalden el giro que está dando al modelo de desarrollo económico. Morales tiene todavía el año 2012 para comprobar si sus planes dan o no resultados.
Radio Fides
La mayor parte de los observadores políticos coinciden en señalar tres factores, mejor dicho tres errores de estrategia. El primero fue aprobar y derogar días después el aumento de precios de los combustibles en casi en un 70 %, para eliminar la subvención en el mercado local.
Las elecciones judiciales, con un cuestionado proceso de selección de candidatos en la Asamblea Legislativa, reflejaron también el rechazo ciudadano. Hubo una mayoría de votos nulos y blancos frente a los votos válidos para las nuevas autoridades del Poder Judicial. Morales había asegurado que conseguiría el 70% de los votos y se equivocó.
La marcha indígena de tierras bajas exigía el respeto a la Constitución, que ampara los derechos de los pueblos originarios a la autodeterminación, y fue una muestra de rechazo a la construcción de una carretera a través de su territorio en el Parque Nacional del Isiboro Sécure, cabecera de la cuenca amazónica.
Los líderes indígenas arrancaron al Gobierno una ley de protección, pero el presidente Morales no está convencido de esta medida y promueve su derogación desde las filas de cocaleros y de las autoridades de Cochabamba.
La Comisión Económica para América Latina ha destacado el manejo de la macroeconomía boliviana, pero los expertos locales están preocupados por la menor producción de hidrocarburos, que obliga a importar gasolina, diesel y gas; la declinación de la agricultura y la oferta de alimentos; la ausencia de inversiones del sector privado y la menor eficacia del sector público.
El consuelo es que los precios de las materias primas están en auge. Aunque la producción no aumente sus volúmenes exportables, hay ganancias.
Hemos preguntado al director del Centro de Estudios Superiores de la Universidad de San Simón de Cochabamba, Fernando Mayorga, si este menor aprovechamiento de la coyuntura internacional de precios y los cambios de decisiones políticas se deben a inexperiencia en el manejo de la administración del Estado. Esta es su respuesta:
“Hay algo de peso en la inexperiencia gubernamental. Más que en estas decisiones, creo que en la gestión en general a nivel del Estado y en la ejecución de políticas públicas. Uno porque hay una debilidad estructural del Estado boliviano. Segundo, es un Estado que carece de una burocracia de especialistas, y tercero que tenemos una renovación profunda de la élite política y de la élite gobernante. Ha entrado mucha gente que, digamos, democratiza el aparato del Estado pero que carece de experiencia en el manejo de la cosa pública y esto ha tenido efectos negativos, sin duda”.
Otra cosa muy distinta piensa el senador del gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) por Cochabamba, Adolfo Mendoza. “Si verdaderamente eso sucediera, si estuviéramos hablando de inexperiencia, entonces no tendríamos resultados positivos en términos macroeconómicos; es decir, más bien este gobierno está dando una lección a anteriores gobiernos en el tema macroeconómico. Yo creo que el problema está fundamentalmente en la gestión política. Pero insisto en el concepto: la gestión política depende mucho del tipo de conflictividad. Una cosa es cuando la sociedad exige algo viendo los intereses particulares que tiene, y otra cosa es cuando una demanda más bien refleja un bien común”.
El senador Mendoza destacó los aciertos macroeconómicos del Gobierno, entre ellos los doce mil millones de dólares en Reservas Internacionales y la generación de un sostenido crecimiento económico que ha derivado en la reducción de las desigualdades entre los bolivianos.
Fernando Mayorga considera que el presidente Morales se ha dado cuenta de su desgaste y para recomponer su base de apoyo político ha convocado no solamente a sus seguidores sino que además se ha abierto a otros sectores, como los empresarios privados, pidiéndoles que respalden el giro que está dando al modelo de desarrollo económico. Morales tiene todavía el año 2012 para comprobar si sus planes dan o no resultados.
Radio Fides
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