El director de ¿Quién mato a la llamita blanca? cuenta detalles de su incursión como productor en la meca del cine y el porqué del retraso de la proyección de Perfidia.
Pendiente del inicio del rodaje de la película española Boa Gent, que empezará a dirigir en junio, el cineasta boliviano Rodrigo Bellott está en estos días en el país para estrenar su largometraje Perfidia.
No obstante, confiesa que, entre tantos proyectos, el que más lo entusiasma al momento es el filme de terror que produce para una compañía de Hollywood, cuyo estreno está pautado para 2013.
La cinta, dirigida por Jim Mickle, marca la primera participación de un boliviano en el campo de la producción en la meca del cine mundial y, a la vez, uno de los más importantes logros en la carrera del cruceño que, además de los largometrajes locales Dependencia sexual,¿Quién mató a la llamita blanca?, y la codirección de Rojo, amarillo y verde, manejó el casting de filmes como Che, de Steven Soderbergh, y También la lluvia, de Icíar Bollaín.
“Es un gran reto para mí porque es la primera vez que un boliviano trabaja en una película en este contexto. Lo hemos presentado en Berlín y ha generado mucho interés. Me siento muy humilde ante este proyecto que he logrado levantar sorprendentemente en este último año”, señaló a Página Siete.
Producida por Bellott, y otros cineastas estadounidenses, la película aún sin título será un remake de Somos lo que hay, con la que el mexicano Jorge Michel Grau causó gran revuelo en el Festival de Cannes de 2010 debido a su dura trama sobre canibalismo.
El boliviano quedó tan impactado por la historia que adquirió los derechos y, en menos tiempo de lo que pensaba, concretó su realización con la batuta de Jim Mikcle, “un director que es considerado el próximo Tarantino y que llamó la atención por su premiado filme de vampiros State Land”, comentó.
Estreno
Pero volviendo al presente, Bellott llegó a Bolivia para presentar su tercera película, Perfidia, que se estrenará a nivel nacional el 8 de marzo y que, según afirma, es “una obra completamente distinta a las anteriores”.
“Mi trabajo que se conoce en Bolivia es muy frenético y ésta es una película opuesta, muy austera y calmada, con poco diálogo; más que contar algo, evoca y obliga al público a sentarse y llenar los vacíos con su propia experiencia, nostalgia historia”, afirma.
- ¿Qué significa para Ud. estrenar la película en Bolivia?
- Es lo más importante. Empecé en este país y me siento como un chico que le muestra su trabajo a sus papás... feliz y nervioso. Esta es mi tercera película como director y a pesar de que es de 2009, es muy importante para mí que la gente que más quiero conozca lo que voy haciendo, mi voz como director.
-¿Por qué se retraso el estreno?
-Se me fue el tiempo entre festivales y el rodaje de películas, y recién ahora encontré un espacio para dedicarle. Un estreno requiere un esfuerzo y dedicación de por lo menos dos meses y antes no tenía cabeza para hacerlo. Fue algo que se escapó de mi control, que simplemente no se dio.
- Según la crítica, es un cinta poco ortodoxa, ¿qué reacción espera?
-Si la gente se da el permiso de ver algo muy diferente, no va a tener problemas. Creo que si se permiten compartir esas sensaciones que intenta evocar, la van a disfrutar.
-Dependencia sexual y “la llamita” tratan lo boliviano de distintas maneras, ¿qué elementos de su bolivianidad están presentes en Perfidia?
- He pasado más tiempo como ser humano fuera de Bolivia y todo el cine que hago es una manera de recuperar el tiempo perdido como boliviano.
Después de “la llamita” quise acercarme a mi otro lado, al “otro Rodrigo” y me fui a rodar a Itaca, Nueva York, la segunda ciudad donde he pasado más tiempo de mi vida, casi igual que en Santa Cruz.
En ese sentido, es una cinta muy personal porque mi bolivianidad no está hecha por la bandera o por los colores, sino por la experiencia de un boliviano que ha vivido en ese contexto, en esa nieve, en ese hotel -escenario de Perfidia- donde viví ocho años' en una ciudad que quiero mucho.
Pendiente del inicio del rodaje de la película española Boa Gent, que empezará a dirigir en junio, el cineasta boliviano Rodrigo Bellott está en estos días en el país para estrenar su largometraje Perfidia.
No obstante, confiesa que, entre tantos proyectos, el que más lo entusiasma al momento es el filme de terror que produce para una compañía de Hollywood, cuyo estreno está pautado para 2013.
La cinta, dirigida por Jim Mickle, marca la primera participación de un boliviano en el campo de la producción en la meca del cine mundial y, a la vez, uno de los más importantes logros en la carrera del cruceño que, además de los largometrajes locales Dependencia sexual,¿Quién mató a la llamita blanca?, y la codirección de Rojo, amarillo y verde, manejó el casting de filmes como Che, de Steven Soderbergh, y También la lluvia, de Icíar Bollaín.
“Es un gran reto para mí porque es la primera vez que un boliviano trabaja en una película en este contexto. Lo hemos presentado en Berlín y ha generado mucho interés. Me siento muy humilde ante este proyecto que he logrado levantar sorprendentemente en este último año”, señaló a Página Siete.
Producida por Bellott, y otros cineastas estadounidenses, la película aún sin título será un remake de Somos lo que hay, con la que el mexicano Jorge Michel Grau causó gran revuelo en el Festival de Cannes de 2010 debido a su dura trama sobre canibalismo.
El boliviano quedó tan impactado por la historia que adquirió los derechos y, en menos tiempo de lo que pensaba, concretó su realización con la batuta de Jim Mikcle, “un director que es considerado el próximo Tarantino y que llamó la atención por su premiado filme de vampiros State Land”, comentó.
Estreno
Pero volviendo al presente, Bellott llegó a Bolivia para presentar su tercera película, Perfidia, que se estrenará a nivel nacional el 8 de marzo y que, según afirma, es “una obra completamente distinta a las anteriores”.
“Mi trabajo que se conoce en Bolivia es muy frenético y ésta es una película opuesta, muy austera y calmada, con poco diálogo; más que contar algo, evoca y obliga al público a sentarse y llenar los vacíos con su propia experiencia, nostalgia historia”, afirma.
- ¿Qué significa para Ud. estrenar la película en Bolivia?
- Es lo más importante. Empecé en este país y me siento como un chico que le muestra su trabajo a sus papás... feliz y nervioso. Esta es mi tercera película como director y a pesar de que es de 2009, es muy importante para mí que la gente que más quiero conozca lo que voy haciendo, mi voz como director.
-¿Por qué se retraso el estreno?
-Se me fue el tiempo entre festivales y el rodaje de películas, y recién ahora encontré un espacio para dedicarle. Un estreno requiere un esfuerzo y dedicación de por lo menos dos meses y antes no tenía cabeza para hacerlo. Fue algo que se escapó de mi control, que simplemente no se dio.
- Según la crítica, es un cinta poco ortodoxa, ¿qué reacción espera?
-Si la gente se da el permiso de ver algo muy diferente, no va a tener problemas. Creo que si se permiten compartir esas sensaciones que intenta evocar, la van a disfrutar.
-Dependencia sexual y “la llamita” tratan lo boliviano de distintas maneras, ¿qué elementos de su bolivianidad están presentes en Perfidia?
- He pasado más tiempo como ser humano fuera de Bolivia y todo el cine que hago es una manera de recuperar el tiempo perdido como boliviano.
Después de “la llamita” quise acercarme a mi otro lado, al “otro Rodrigo” y me fui a rodar a Itaca, Nueva York, la segunda ciudad donde he pasado más tiempo de mi vida, casi igual que en Santa Cruz.
En ese sentido, es una cinta muy personal porque mi bolivianidad no está hecha por la bandera o por los colores, sino por la experiencia de un boliviano que ha vivido en ese contexto, en esa nieve, en ese hotel -escenario de Perfidia- donde viví ocho años' en una ciudad que quiero mucho.
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