Según un estudio publicado recientemente, aproximadamente el 70% de las personas en el mundo sufre de estrés. Sin duda es una cifra que llama poderosamente la atención, pues un porcentaje (no muy pequeño) de las personas que se ve afectada por esta reacción fisiológica son niños.
Muchos atribuyen este problema a las preocupaciones laborales, académicas, tensión o problemas de índole familiar. Sin embargo, en esta lista suelen obviar un punto sumamente importante: la alimentación. “Comer es una actividad clave que puede generar cambios de todo tipo en nuestro organismo. No solo es un medio para saciar el hambre, sino que también es una forma de decidir cuán saludables queremos ser”, advierte Juan Luna, especialista en Nutrición.
Existen numerosas investigaciones que establecen una estrecha relación entre la comida, el estrés, la ansiedad y las emociones. “Somos lo que comemos”, complementa Luna. Hoy en día no son pocas las personas que hacen de la comida chatarra un estilo de vida y eso generalmente trae inconvenientes.
“Se piensa que solo produce obesidad y sobrepeso, pero también cambios hormonales que pueden volver a una persona impaciente, irritable o agresiva”. Las grasas trans o los alimentos con mucha azúcar afectan nuestro sistema nervioso.
¿Qué alimentos comer?
En un estado de estrés se tiende a consumir alimentos precocinados. Estos suelen contener grandes proporciones de grasas saturadas e hidrogenadas, así como sal, conservantes y otros aditivos. Por ello, te recomendamos cambiar tus hábitos y empezar a consumir alimentos más saludables.
El plátano es una fuente importante de minerales como hierro, calcio, magnesio y potasio y vitaminas antioxidantes (A, B y C). Con un solo plátano obtienes 1/5 de todas tus necesidades diarias de vitamina C).
La palta es una fruta rica en potasio, contiene 60% más que el plátano. Regula la presión sanguínea, previene ataques cardiacos o derrames cerebrales.
La manzana contiene vitamina B-1, la misma es especial para controlar los cambios constantes de humor y evitar el estrés”.
También es muy recomendable consumir nueces y granos integrales que ayudan a reducir las tensiones, además el pescado y los mariscos actúan directamente en la parte síquica otorgando equilibrio gracias a que contienen selenio y zinc.
La espinaca y vegetales de hojas verdes son ricos en vitamina A y C, tienen cantidades considerables de vitaminas del complejo B, potasio, calcio, magnesio, hierro y cobre.
Muchos atribuyen este problema a las preocupaciones laborales, académicas, tensión o problemas de índole familiar. Sin embargo, en esta lista suelen obviar un punto sumamente importante: la alimentación. “Comer es una actividad clave que puede generar cambios de todo tipo en nuestro organismo. No solo es un medio para saciar el hambre, sino que también es una forma de decidir cuán saludables queremos ser”, advierte Juan Luna, especialista en Nutrición.
Existen numerosas investigaciones que establecen una estrecha relación entre la comida, el estrés, la ansiedad y las emociones. “Somos lo que comemos”, complementa Luna. Hoy en día no son pocas las personas que hacen de la comida chatarra un estilo de vida y eso generalmente trae inconvenientes.
“Se piensa que solo produce obesidad y sobrepeso, pero también cambios hormonales que pueden volver a una persona impaciente, irritable o agresiva”. Las grasas trans o los alimentos con mucha azúcar afectan nuestro sistema nervioso.
¿Qué alimentos comer?
En un estado de estrés se tiende a consumir alimentos precocinados. Estos suelen contener grandes proporciones de grasas saturadas e hidrogenadas, así como sal, conservantes y otros aditivos. Por ello, te recomendamos cambiar tus hábitos y empezar a consumir alimentos más saludables.
El plátano es una fuente importante de minerales como hierro, calcio, magnesio y potasio y vitaminas antioxidantes (A, B y C). Con un solo plátano obtienes 1/5 de todas tus necesidades diarias de vitamina C).
La palta es una fruta rica en potasio, contiene 60% más que el plátano. Regula la presión sanguínea, previene ataques cardiacos o derrames cerebrales.
La manzana contiene vitamina B-1, la misma es especial para controlar los cambios constantes de humor y evitar el estrés”.
También es muy recomendable consumir nueces y granos integrales que ayudan a reducir las tensiones, además el pescado y los mariscos actúan directamente en la parte síquica otorgando equilibrio gracias a que contienen selenio y zinc.
La espinaca y vegetales de hojas verdes son ricos en vitamina A y C, tienen cantidades considerables de vitaminas del complejo B, potasio, calcio, magnesio, hierro y cobre.
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