El centro político de Bolivia se encuentra sin resguardo, oficiales de la Policía ocultaron sus grados para evitar represalias y el Palacio de Gobierno fue cerrado, en esta nueva jornada de movilización de los uniformados que exigen nivelación salarial con los militares.
Luego del medio día, autoridades de gobierno instruyeron se bloquee el ingreso al Palacio Quemado, en tanto que en su interior se redobló la vigilancia militar con armamento.
La decisión confundió a transeúntes de la plaza Murillo y algunos recordaron que similar situación se produjo en febrero de 2003, durante la Guerra del Impuestazo, en el periodo del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Los portones del Palacio de Gobierno se encuentran herméticamente cerrados, decenas de soldados en traje de campaña se encuentran parapetados en la parte interior. Fuentes extraoficiales señalaron que horas previas grupos de soldados ingresaron por la calle Ayacucho, sector del garaje.
Ningún oficial del Ejercito quiso referirse a esa decisión y simplemente se limitaron a decir que hubo una orden superior.
Oficiales sin grados
Mientras suboficiales, clases y sargentos mantienen el control de algunas unidades policiales, entre ellas la UTOP (Unidad Táctica de Operaciones Policiales), los oficiales de alto rango de la institución decidieron ocultar sus grados que llevan en sus uniformes.
Este hecho no pasó desapercibido, considerando el difícil momento que se vive a nivel institucional.
Grupos de jefes policiales se concentraron en plena plaza Murillo, a la espera de instrucciones del Comando.
Un coronel –que pidió mantener en reserva su nombre- dijo a ERBOL que se sacó los grados del hombro para evitar agresiones de los uniformados movilizados y no tener problemas.
Entretanto, periodistas de ERBOL comprobaron que no existe vigilancia policial en el perímetro de seguridad del centro político.
El feriado nacional que decretó el gobierno por el nuevo año aymara compensó esta ausencia de uniformados. No se presentaron dificultades, debido a que los conflictos sociales ingresaron en cuarto intermedio.
Luego del medio día, autoridades de gobierno instruyeron se bloquee el ingreso al Palacio Quemado, en tanto que en su interior se redobló la vigilancia militar con armamento.
La decisión confundió a transeúntes de la plaza Murillo y algunos recordaron que similar situación se produjo en febrero de 2003, durante la Guerra del Impuestazo, en el periodo del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
Los portones del Palacio de Gobierno se encuentran herméticamente cerrados, decenas de soldados en traje de campaña se encuentran parapetados en la parte interior. Fuentes extraoficiales señalaron que horas previas grupos de soldados ingresaron por la calle Ayacucho, sector del garaje.
Ningún oficial del Ejercito quiso referirse a esa decisión y simplemente se limitaron a decir que hubo una orden superior.
Oficiales sin grados
Mientras suboficiales, clases y sargentos mantienen el control de algunas unidades policiales, entre ellas la UTOP (Unidad Táctica de Operaciones Policiales), los oficiales de alto rango de la institución decidieron ocultar sus grados que llevan en sus uniformes.
Este hecho no pasó desapercibido, considerando el difícil momento que se vive a nivel institucional.
Grupos de jefes policiales se concentraron en plena plaza Murillo, a la espera de instrucciones del Comando.
Un coronel –que pidió mantener en reserva su nombre- dijo a ERBOL que se sacó los grados del hombro para evitar agresiones de los uniformados movilizados y no tener problemas.
Entretanto, periodistas de ERBOL comprobaron que no existe vigilancia policial en el perímetro de seguridad del centro político.
El feriado nacional que decretó el gobierno por el nuevo año aymara compensó esta ausencia de uniformados. No se presentaron dificultades, debido a que los conflictos sociales ingresaron en cuarto intermedio.
Erbol
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