Para lucir una boca sana y libre de caries es importantísimo el cuidado diario, y la higiene bucal se tiene que convertir en una rutina diaria y con regularidad ya que la placa bacteriana se forma de manera contínua.
El cepillado de los dientes es algo primordial, se debe realizar nada más levantarnos, al acostarnos y después de cada comida, sólo así conseguiremos mantener unos dientes cuidados.
Tan importante es la constancia como la forma de cepillarnos los dientes, en muchos casos una forma errónea de hacerlo puede inflamarnos las encías, dañarnos los dientes o no arrastrar bien la suciedad.
Elegir bien el cepillo de dientes es fundamental, en el mercado los podemos encontrar de diferentes formas para llegar incluso a los rincones más difíciles y de diferentes durezas, es importante saber elegir ya que un cepillo con cerdas muy duras puede hacernos heridas en las encías, eso cada persona tiene que ir viendo cual es el que mejor le va. En el caso de los que usan ortodoncia hay cepillos especiales, ya que la comida se instala bajo los hierros. Otra opción puede ser el cepillo eléctrico, son más eficaces que los manuales ya que la potencia de estos aparatos es superior a la manual.
Los pasos que hay que seguir para un correcto cepillado son los siguientes:
Cepillar la cara externa de los dientes colocando el cepillo en horizontal pero los movimientos en vertical, de arriba abajo, tanto los superiores como los inferiores, haciendo un barrido.
Cepillado de la cara interna, suele ser una zona bastante descuidada, se deben cepillar desde la encía hacia el exterior, también colocar el cepillo en horizontal y barrer hacia fuera.
Cepillar la zona de masticado, la superficie se caracteriza por tener pequeñas fisuras y surcos donde la placa bacteria se instala y nos impide un acceso fácil, por ello hay que realizarlo con esmero y dedicación, la limpieza se ha de efectuar con movimientos circulatorios para que las cerdas penetren bien en los surcos de las muelas, tanto en las superiores como en las inferiores.
No olvidarse de la lengua y pasar el cepillo por esta, algunos cepillos en la cara exterior traen unas gomitas para limpiarla.
Masajear las encías con el cepillo en seco es muy bueno para activar la circulación y endurecerlas, mover de adelante hacia atrás sin ejercer demasiada presión.
Para una limpieza más completa y poder llegar a lugares donde el cepillo no llega hay que usar el hilo dental, a mi me gustan los que tienen flúor. Con el hilo limpiaremos entre los dientes y por debajo de las encías, si tienes los dientes algo separados puedes hacer nuditos en el hilo que vas a utilizar.
Para finalizar enjuagarnos la boca con algún producto específico, como Listerine, los hay de diferentes sabores, te dejarán la boca fresca y te la protegerán de las bacterias.
El cepillado de los dientes es algo primordial, se debe realizar nada más levantarnos, al acostarnos y después de cada comida, sólo así conseguiremos mantener unos dientes cuidados.
Tan importante es la constancia como la forma de cepillarnos los dientes, en muchos casos una forma errónea de hacerlo puede inflamarnos las encías, dañarnos los dientes o no arrastrar bien la suciedad.
Elegir bien el cepillo de dientes es fundamental, en el mercado los podemos encontrar de diferentes formas para llegar incluso a los rincones más difíciles y de diferentes durezas, es importante saber elegir ya que un cepillo con cerdas muy duras puede hacernos heridas en las encías, eso cada persona tiene que ir viendo cual es el que mejor le va. En el caso de los que usan ortodoncia hay cepillos especiales, ya que la comida se instala bajo los hierros. Otra opción puede ser el cepillo eléctrico, son más eficaces que los manuales ya que la potencia de estos aparatos es superior a la manual.
Los pasos que hay que seguir para un correcto cepillado son los siguientes:
Cepillar la cara externa de los dientes colocando el cepillo en horizontal pero los movimientos en vertical, de arriba abajo, tanto los superiores como los inferiores, haciendo un barrido.
Cepillado de la cara interna, suele ser una zona bastante descuidada, se deben cepillar desde la encía hacia el exterior, también colocar el cepillo en horizontal y barrer hacia fuera.
Cepillar la zona de masticado, la superficie se caracteriza por tener pequeñas fisuras y surcos donde la placa bacteria se instala y nos impide un acceso fácil, por ello hay que realizarlo con esmero y dedicación, la limpieza se ha de efectuar con movimientos circulatorios para que las cerdas penetren bien en los surcos de las muelas, tanto en las superiores como en las inferiores.
No olvidarse de la lengua y pasar el cepillo por esta, algunos cepillos en la cara exterior traen unas gomitas para limpiarla.
Masajear las encías con el cepillo en seco es muy bueno para activar la circulación y endurecerlas, mover de adelante hacia atrás sin ejercer demasiada presión.
Para una limpieza más completa y poder llegar a lugares donde el cepillo no llega hay que usar el hilo dental, a mi me gustan los que tienen flúor. Con el hilo limpiaremos entre los dientes y por debajo de las encías, si tienes los dientes algo separados puedes hacer nuditos en el hilo que vas a utilizar.
Para finalizar enjuagarnos la boca con algún producto específico, como Listerine, los hay de diferentes sabores, te dejarán la boca fresca y te la protegerán de las bacterias.
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