Minero Héctor Choque fallece en policlínica de La Paz

Cerca al medio día de hoy falleció en la ciudad de La Paz Remberto Echavarría Pozo, uno de los más prestigiosos periodistas deportivos bolivianos, que marcó un estilo en la comunicación nacional.

Codirector del programa Radio Deporte, que fundó junto a su hermano Gróver en la década del sesenta, el abogado de profesión puso su sello en la narración y el comentario, imponiendo un lenguaje claro y al mismo tiempo de lujo, que lo llevó a ser considerado “El Maestro de la Palabra” por varias generaciones oyentes y periodistas a quienes formó.

Echavarría, fue presidente del Círculo de Periodistas de Deportivos de Bolivia en varias oportunidades y prestigió el cargo de titular de los comunicadores deportivos de América.

Considerado en su momento uno de los mejores relatores del área americana, junto al brasileño Galvao Bueno y el argentino José María Muñoz, Echavarría fue reconocido en todos los niveles del periodismo deportivo y general, como uno de sus más grandes impulsores.

Lector extraordinario, Echeverría ponía de relieve las virtudes de muchos de sus coterráneos, entre quienes destacaba a Bartolemé de Arzans Orzúa y Vela, “fundamentalmente por su narrativa”, que quedó plasmada en el libro “La Historia de la Villa Imperial Potosí” .

El año 1988 fue el encargado de narrar la llegada del Papa Juan pablo II a Bolivia; el periodista, también dejó marcado su sello en esa oportunidad con una frase que aún resuena en el ambiente nacional: “La egregia figura de Su Santidad se recorta en el horizonte”.

“Fue la transmisión más feliz de mi vida”, le dijo a Erbol Digital hace dos años, en una entrevista concedida después de haber recibido un premio por su excelencia como comunicador.

Remberto Echavarría deja un vacío enorme en el periodismo deportivo nacional. Sus restos son velados en la zona sur de la ciudad de La Paz, urbe a la que llegó cargado de ilusiones “con mi título de abogado bajo el brazo” y de la que se va con todos los honores y cariño de la gente que lo conoció y lo escuchó.

Erbol

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