Cuántas veces se ha escuchado decir que hay personas que hacen dietas y no adelgazan. Probablemente incurren en ciertos hábitos que le hacen engordar y que no tienen nada que ver con lo que comen. Conózcalos para que estos no saboteen su dieta sin darse cuenta.
Cambios en proceso. Según destaca el nutricionista, Juan Velarde, hay que recordar que estos malos hábitos no hay que cambiarlos todos al mismo tiempo, ya que debe ir haciéndolo poco a poco, no solo para acostumbrar a su cuerpo, sino también para que se conviertan en buenos hábitos para toda la vida.
Malos hábitos . Por otro lado, el experto aconseja mirar qué hábitos son los que más le interesa cambiar e ir haciéndolo con disciplina "Por ejemplo, el consumo excesivo de sal puede generar retención de líquido y por lo tanto aumento de peso. Aunque lleve una dieta equilibrada y cuide su alimentación, es posible que esté abusando en exceso de la sal. Acostúmbrese a comer con poca o ninguna, ya que los alimentos tienen sus propios sabores", dice.
1 Comer muy rápido. Muchas personas suelen comer tan rápido que luego de unos minutos vuelven a tener hambre. El estómago manda la señal al cerebro de que está satisfecho en 20 minutos. Por eso tómese su tiempo para masticar y disfrutar de la comida y permitir que esa señal llegue sin ingerir una cantidad de comida innecesaria.
2 Dormir mal. Trasnochar hace que usted pierda la noción del tiempo y la cantidad de comida que ingiere. Además, se produce un desequilibrio hormonal que afecta a la saciedad. Un paseo por la mañana le ayudará a restablecer las pautas del sueño.
3 Saltarse las comidas. No caiga en la trampa pensando que por comer menos adelgazará más rápido o mejor, porque eso no funciona. Realice cinco comidas pequeñas al día, verá cómo su metabolismo está más activo y además no sentirá tanta hambre, por lo que comerá lo necesario.
4 VIda sedentaria. Muchos estudios han revelado que comer mientras se está viendo televisión hace que se coma de más y si a esto le suma que no hace ejercicio obviamente no verá jamás cambios en su peso.
5 El estrés. El vivir bajo un estrés constante condiciona y prepara al cuerpo para el “ataque” y bajo estas circunstancias la persona sentirá apetencia por los alimentos dulces que le darán energía rápida para poder responder a las amenazas del ambiente.
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