Ñatitas abundan en el Cementerio de La Paz

La Paz, 8 de noviembre.-Engalanada con guirnaldas de flores, cigarrillos y hojas de coca, las calaveras con objeto de un rito festivo en el Cementerio General. Tienen nombres propios y algunas son agasajadas por los favores que han dado a sus dueños con prestes.

Esta mañana, desde muy temprano, las calacas empezaron a llegar al camposanto. Son cientos y suman más sus devotos que llegan incluso con grupos de música y alcohol. 140 guardias resguardan el orden en la fiesta.

El rito, cuyos orígenes se pierden en el tiempo, estuvo durante años destinado a la clandestinidad. En los últimos años, sin embargo, el culto a las “ñatitas” –que era terreno de marginales- ha salido a luz.

“Es una forma de recrear la memoria política de los pueblos andinos, también se debe entender como la lucha contra los procesos coloniales y contra la modernidad individualista”, opina el delegado Municipal de Interculturalidad, Marcelo Fernández.

“El dedicar una celebración de las ñatitas es una de nuestras prácticas ancestrales y cuyos orígenes tienen una profunda historia que se remonta a la época prehispánica que estuvo relacionada en el convivir y el coexistir con los muertos, ajayus o almas y nuestros ancestros”, añade.

Algunos estudiosos consideran que la festividad es un sincretismo religioso aferrado a la colectividad, ya que se practica la exhumación de las calaveras para que los difuntos tengan la oportunidad de participar en el mundo de los vivos en diversas actividades, sobre todo en la construcción de la interculturalidad en la ciudad de La Paz.

Según los cronistas españoles, los incas acostumbraban celebrar a sus muertos momificados en noviembre a quienes les ofrendaban alimentos, joyas y otra clase de objetos en grandes y lujosas ceremonias.

Modernizada, la ceremonia de culto a las ñatitas adquiere nuevas formas: Muchas “famosas” calacas son “prestaradas” dadas sus cualidades para brindar prosperidad o proteger a sus sueños y algunos de los propietarios incluso organizan matrimonios entre ellas.

El administrador del Cementerio General, Willy Huayta, dijo que este jueves se realizan requisas en cada una de las puertas para evitar el ingreso de bebidas alcohólicas y objetos que podrían dañar la integridad física de los visitantes. Además, se prohibirá el ingreso de personas en estado inconveniente.

“Generalmente las personas vienen a la 11:00 con sus ñatitas para realizar un sahumerio y se reúnen a la altura de Yacimientos, donde se sirven algunos alimentos y luego se van a sus locales”, expresó Huayta.

El jefe de la Unidad de Promoción del Folklore y las Artes Populares, Nicolás Huallpara informó que esta fiesta se realiza cada 8 de noviembre en el Cementerio General contó con 2.500 ñatitas y este año se espera que el número aumente.

“La fiesta de las Ñatitas es una adoración que tienen sus poseedores. Según la tradición estas calaveritas protegen a sus seres queridos quienes les ponen velas y les realizan algunas oraciones”, aseguró Huallpara.

Oxígeno

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