Santa Cruz, 27 dic.- El ex ministro de Gobierno y actual plenipotenciario boliviano en Naciones Unidas, Sacha Llorenti, dijo desconocer las actividades criminales de una banda de abogados, jueces y fiscales que extorsionaban a reos y procesados, tras más de 5 horas de declaraciones informativas el miércoles en la Fiscalia de Santa Cruz.
"Quiero reiterar que en tanto yo he estado como Ministro de Gobierno (2010-2011) no ha habido ninguna denuncia de corrupción o de extorsión en contra de estos ciudadanos. Ellos han tenido responsabilidades que se les ha otorgado porque yo siempre los he visto como personas responsables y abogados competentes para llevar adelante las tareas que tenían de representar legalmente al ministerio", dijo a la prensa local tras su comparescencia.
Llorenti, que dejó el Ministerio de Gobierno a principios de setiembre de 2011 y que antes de 2010 supo ser viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, dijo que los cabecillas visibles de la red de abogados mafiosos, Fernando Rivera Tardío y Denis Rodas Limachi, que fueron sus colaboradores en esa cartera de Estado, eran "abogados competentes".
Luego de comparecer en calidad de testigo, Llorenti expresó su confianza en que el Ministeriom Público sabrá resolver esta investigación que en un mes ha dejado más de un decena de abogados, jueces y fiscales tras de rejas.
La investigación salpicó al presidente del Tribunal de Justicia de Santa Cruz, Ariel Rocha, que alcanzó a poner pies en polvorosa y se fugó del país.
La justicia boliviana se apresta a librar una orden de captura internacional.
"Expresamos nuestra confianza en la Fiscalía para que exista una información completa y concluyente, un juicio justo a través de un proceso debido en este caso de relevancia nacional", finalizó en conferencia de prensa posterior a su declaración.
El tenor de las afirmaciones de Llorenti ante el Fiscal no trascendió.
El escádalo salió a la luz pública hace un mes cuando el Ministerio de Gobierno denunció las crímenes de Rivera Tardío y Rodas Limachi y sus cómplices que despellejaron al empresario estadounidense Jacob Ostreicher que, acusado en 2010 de narcotráfico fue recluido en el penal de Palmasola, el más hacinado y peligroso de Bolivia en la ciudad de Santa Cruz, sin juicio ni sentencia.
Ostreicher había invertido en Bolivia entre 26 y 28 milllones de dólares en el agro de Santa Cruz.
ABI
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