"Aloha", un tratamiento con velas aromáticas procedente de la exótica Hawai, promete poner a punto su dermis, primera capa de piel, y su mente "antes o después" de las fiestas.
Prado Martín, de Caroli Health Club, recomienda enfrentarse a las maratonianas jornadas de reuniones familiares y con amigos "relajados" y "liberados de todo el estrés posible". Un viaje a un mundo de sensaciones que puede compartir en pareja.
Las velas se han constituido en todo un elemento liberador y multiservicio. Además de crear un ambiente cálido y envolvente durante una cena romántica, otra de sus premisas consiste en dotar a su hogar de un delicado aroma y ahora algunos centros de belleza las incorporan a su listado de masajes.
Pese a lo que pueda parecer, este tratamiento no se realiza con una vela convencional. "Se trata de velas de baja fusión, con una composición de varios aceites" que se liberan cuando se funde la cera, aclara Prado Martín.
Alcanzan una temperatura de entre 36 y 37 grados, lo que permite realizar delicados movimientos sobre la piel, que también se encuentra a esa misma temperatura, y así "estimular" cada centímetro del cuerpo.
Un combinado de aceite de cacao, coco y soja se deshace al quemarse, se extiende sobre el cuerpo con un masaje y llega a "fusionarse con la piel". Además se puede mezclar con distintos aromas como rosas, jazmín o fruta de la pasión, la más elegida cuando el tratamiento se "realiza con parejas".
La esteticista explica que pese a tratarse de cera "no se solidifica" al secarse pues no contiene "parafina". Los aceites "penetran" en la dermis proporcionando un "efecto relax", para todo el cuerpo.
El primer paso de este exótico tratamiento consiste en un "cocktail exfoliante" que incluye "las propiedades de la naturaleza" gracias a los nutrientes del polvo de semilla de albaricoque, bambú, polvo de semilla de la fruta de argán, hojas secas de rosa, polvo de arándonos y polvo de arroz.
De esta manera, la piel se libera de impurezas y queda preparada para recibir los beneficios de este tipo de hidratación. Una vez retirado el producto sobrante, la piel está preparada para un masaje con Monoï de Tahití, un aceite de coco que se obtiene a partir de la maceración del aceite de copra y la flor de tiaré.
El tratamiento culmina con una relajante inmersión en un jacuzzi de leche de coco. Un punto y final para liberar tensiones.
EFE/Cromos
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