Un gen, que advierte la necesidad de usar o no desodorantes, indica que tres de cada cuatro personas podrían prescindir de ese artículo de higiene. Así, si un día en lugar de pasar por la perfumería las personas se hicieran un test de ADN, podrían desistir de ir a comprar un desodorante.
El gen llamado ABCC11 señala, en efecto, si la persona necesita o no perfumes o desodorantes para estar “en forma” durante la jornada social o laboral. El ABCC11 hace saber si la piel de cada uno emana o no olores indeseados para algunas culturas.
En un análisis genético se demostró al respecto que más de tres personas sobre cuatro no deberían usar ese artículo de higiene, pues sus axilas no producen los considerados desagradables olores, fuente de situaciones a veces incómodas.
Porque los olores se asocian según las culturas a las características personales, convirtiéndose en elementos de juicio y hasta de discriminación. Son frecuentes las expresiones “huele divinamente” o “huele bien”, y otras como “huele a santidad” y hasta “huele a gloria” frente a la tan común “esto me huele mal”.
Algunos estudiosos del tema han llegado a afirmar que en las construcciones simbólicas sociales lo que “huele bien ‘es bueno’” frente a “lo que huele mal ‘es malo’”.
Por ende, más allá de lo relativo de estos conceptos, el olor personal puede llegar a ser “símbolo del propio yo” y hay un imperativo que manda a usar desodorante. Según Ian Day, de la universidad de Bristol, las personas cuyo sudor axilar no emana olor igualmente usan desodorante sólo en el marco de las convenciones socioculturales, sin darse cuenta de que no los necesitan.
Estas personas -agrega el experto- podrían ahorrarse la compra del producto en cuestión y reducir, al mismo tiempo, su exposición a los agentes químicos de los cosméticos. Day dirigió un estudio que publicó el Journal of Investigative Dermatology, basado en el análisis de un gen responsable del considerado mal olor en una muestra de casi 6.600 mujeres.
Si el gen en cuestión está presente en forma inactiva, el sudor de la persona no está acompañado de olores desagradables y es en vano usar desodorantes: habrá transpiración axilar pero inodora. La investigación reportó que casi todos los portadores de la forma inactiva del gen, y por ende “libres de olores”, desconocen esta condición personal “y usan productos desodorantes” en busca de “oler bien”. Pero ya Hamlet decía: “Nada hay bueno o malo si el pensamiento no lo hace tal”.
Página Siete
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