París, 23 de abril.- La Asamblea Nacional (AN) de Francia ha aprobado por 331 votos a favor y 225 en contra la Ley que autoriza el matrimonio homosexual. Antes de entrar en vigor, el verano que viene, el proyecto deberá ser validado por el Tribunal Constitucional. Los colectivos contrarios a la Ley anuncian la prolongación indefinida de sus acciones, que van a tomar nuevas formas y comienzan a tener una dimensiones culturales.
Tras varios meses de intensos debates, Francia se convierte en el decimocuarto país que legaliza el matrimonio homosexual, en una comunidad mundial de 193 Estados miembros de la ONU.
La nueva Ley francesa ha sido votada por la mayoría socialista y aliados, a la que se han sumado algunos diputados centristas. La oposición de centro derecha anuncia un recurso ante el Tribunal constitucional, que debiera dictar una sentencia con relativa brevedad, antes del verano.
La Manif pour Tous (LMPT), el colectivo que ha conseguido federar a todos los colectivos hostiles al proyecto, anuncia la prolongación indefinida del proyecto, por esta razón: «La nueva Ley es muy diferente a otras leyes que autorizan el matrimonio homosexual, con distintas modalidades. En Francia, el matrimonio autoriza automáticamente la adopción. A partir de ahí, la nueva legislación introduce una “perversión”, ya que destruirá la filiación de padres a hijos, agravada por la procreación médica asistida, arruinando el fundamento último de la célula familiar».
La adopción y la procreación médica asistida han dividido y continúan dividiendo profundamente. Y es en ese terreno donde la oposición política y cultural espera lanzar nuevas batallas.
A la derecha, la Unión por un Movimiento Popular (UMP, el partido de Sarkozy) está dividida sobre el futuro del debate, una vez aprobada la nueva Ley. Para unos, será necesario convocar un referéndum, «algún día». Para otros, aprobada, la nueva Ley será una realidad jurídica «irreversible».
En el terreno social y cultural, por el contrario, el colectivo LMPT ha conseguido organizar un frente común, en el que se han integrado colectivos hostiles al matrimonio homosexual de muy diversa sensibilidad: católicos tradicionalistas, católicos sociales, musulmanes y judíos, incluso algunas asociaciones de homosexuales y lesbianas hostiles al matrimonio que consideran «amenazante» si se legaliza la adopción de hijos concebidos en el extranjero a través de la procreación asistida.
Holanda fue en el primer país que autorizó el matrimonio homosexual. Le siguieron Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega, Suecia, Portugal, Argentina, Islandia, Dinamarca, Uruguay y Nueva Zelanda. En Reino Unido está el trámite parlamentario en marcha, y hay otras iniciativas en distintos estados de EE.UU., así como en Brasil y México.
Oxígeno
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