El parto, el momento de dar a luz, el instante en el que el nuevo ser llega al mundo o como mejor les guste llamarlo, lo cierto es que cuando esa fecha y hora se retrasa comienzan las preocupaciones. Pero tranquila, existen dos maneras comunes de alumbramiento: natural y cesárea; aunque la primera también cuenta con una ayudita, "la inducción".
Los partos inducidos. Según la ginecóloga Ruth Saldías, en ocasiones determinadas complicaciones o riesgos impiden que la finalización del embarazo sea de forma natural. "Es entonces que se recurre a un procedimiento denominado 'inducción' al parto, que consiste en desencadenar de manera artificial (con medios farmacológicos, como la hormona oxitocina) las contracciones uterinas, para conseguir el parto normal.
¿En qué casos se recomienda?. Cuando hay riesgo para la mamá como para el feto de continuar el embarazo. Por ejemplo: cuando la gestación supera las 41 o 42 semanas; cuando el feto está en riesgo de no recibir los nutrientes u oxígeno suficiente a través de la placenta y deja de crecer dentro del útero; si el bebé sufre alguna malformación que requiera intervención; cuando la gestante registra síntomas de preeclampsia; también si rompe la bolsa de líquido amniótico y las contracciones no aparecen en un tiempo máximo de 24 horas; cuando se sospecha de la muerte del bebé en el útero y además cuando la progenitora padece de diabetes gestacional o hirpertensión.
No se recomienda cuando... El embarazo tiene placenta previa, si la madre presenta cicatrices en el útero, cuadros graves como cáncer de cérvix o infecciones como el herpes vaginal o cuando el bebé está en mala posición, ya sea porque el feto es muy grande o bien haya desproporción entre su cabeza (del feto) y la pelvis materna, que pueda ponerlo o ponerla en peligro. "En estos casos lo más oportuno, es una cesárea", aseguró Saldías.
¿Cuáles son sus desventajas?. Para la madre que se cansa más y la expone a fiebre, deshidratación y exceso de contracciones durante el parto. Otro de los contra es la posibilidad de terminar en cesárea, dado que se suman los riesgos de dichos procedimientos (infección, dolor, hemorragia y desgarros del canal de parto). El feto también siente los efectos de un parto largo manifestando pérdida de su bienestar dentro del útero.
Mitos. Saldías remarcó que existen una serie de mitos sobre los partos inducidos. Uno de ellos es que si se lo practica en el primer parto, ¿se repetirá en el segundo o tercero?. "No, cada parto es muy diferente, cada gestación presenta su propio cuadro", aseguró la médica. ¿Qué pasa si la oxitocina no funciona?, "Simple, se acude al parto asistido (o cesárea), aunque lo ideal es el natural", dijo. También puede aplicarse la anestesia epidural, "En caso de que la madre sienta mucho dolor, tenga el grado de dilatación que tenga", aseveró la ginecóloga. Además, eso de que es más fácil o más difícil dar de lactar después de una inducción, es completamente falso. "El parto inducido no influye en la lactancia materna", afirmó Saldías.
Contracciones
1Paso.- Una vez iniciado el proceso de dilatación del cuello uterino es normal sentir contracciones suaves cada 15 a 10 minutos, con una duración promedio de 20 segundos cada una. En ese momento la abertura de su útero es solo de 2 centímetros.
2Paso.- Se trata de contracciones cada 5 minutos, con una duración entre 30 a 40 segundos cada una. En ese momento hay una dilatación de unos 5 centímetros.
3Paso.- Contracciones cada 3 o 4 minutos.Cada una con una duración de entre 40 a 45 segundos. La dilatación está en ascenso y alcanza a los 6 centímetros.
4 Paso.- Contracciones cada 2 o 3 minutos. Cada una puede durar hasta 50 segundos. El punto de dilatación llega a los 8 centímetros.
5 Paso.- Contracciones cada 2 o 1 minutos, cada una puede durar hasta 60 segundos.La dilatación del cuello es de 10 centímetros. Se siente sensación de calor, estiramiento y ardor en la vagina.
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