La Paz, 24 may.- El ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, instó el viernes al estadounidense Jacob Ostreicher a dejar a un lado el 'show mediático' para lograr una audiencia con el presiente Evo Morales y, más bien, le pidió que esclarezca ante la justicia el origen de su fortuna, que amasó supuestamente blanqueando dinero del narcotráfico.

'En lugar de dedicarse al show mediático, a las imputaciones abusivas que está realizando en el país (contra funcionarios del Ejecutivo) debiera dedicarse a esclarecer el origen de su fortuna', dijo la autoridad en una conferencia de prensa.

Quintana recalcó que Ostreicher es investigado por tráfico de sustancias controladas y legitimación de ganancias ilícitas, cargos por los que permaneció durante 18 meses detenido preventivamente en la cárcel de Palmasola, en Santa Cruz.

A su juicio, el ciudadano estadounidense insiste 'obsesivamente' en hablar con el Jefe de Estado sabiendo que en Bolivia hay independencia de poderes.

'Su caso no se va a resolver en el poder Ejecutivo, sino el poder Judicial y, sabiendo eso, insiste en presentar cartas al poder Ejecutivo y en particular al presidente Evo para que ejerza tráfico de influencia. El señor Ostreicher se ha equivocado de camino y con toda seguridad va a obtener resultados desafortunados', señaló.

'Este caso se tiene que ventilar en la Justicia y el señor Ostreicher en lugar de perder su tiempo en los medios de comunicación tiene que ganar tiempo en las instancias jurisdiccionales', concluyó Quintana.

El jueves, el ciudadano estadounidense pidió, por segunda vez, mediante una carta una audiencia con Morales.

'Quiero darle información que es muy sensible y peligrosa que sólo puedo entregarle a él. Es sobre el funcionamiento de la red de extorción y corrupción que aún funciona dentro del Gobierno y el círculo interno del Presidente', dijo en la víspera en las puertas de Palacio de Quemado.

Ostreicher se declaró víctima de una red de extorsión, en la que estaban involucrados funcionarios del Ministerio de Gobierno, que arremetió contra sus inversiones en Bolivia, unos 27 millones de dólares en un proyecto agrícola en Santa Cruz.