El mal del siglo XXI, o más conocido como estrés, es una enfermedad mental que suele ser provocada por los problemas laborales y personales a los que se enfrenta el ser humano.

Los niños y adolescentes no están exentos a padecerla. Aunque en su caso, el estrés frena el desarrollo de su cerebro. Un estudio publicado en Journal of Neuroscience revela que el estrés en los menores puede alterar el desarrollo de diversas partes del cerebro, además de perjudicar ciertas capacidades como la memoria espacial y la de corto plazo.

Para llegar a esta conclusión los investigadores entrevistaron a 60 niños entre 9 y 14, a los que también se les realizó un escáner cerebral y diversos test de inteligencia. Los resultado revelaron que los niños con mayores eventos traumáticos tenían menor memoria espacial y a corto plazo que el resto de sus compañeros. No obstante, uno de los investigadores explicó que si bien el estrés perjudica, sus efectos son temporales.