Según el secretario Ejecutivo de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), Roberto Coraite, esa organización cuenta con más de 4.5 millones de afiliados, casi la mitad de la población que habita en el país, asimismo, aseguró que el único apoyo económico que reciben es de una Organización No Gubernamental (ONG) de Noruega, que por un convenio de seis meses erogó 20 mil dólares para pagar los servicios de agua y luz de la sede de esa organización que se encuentra en la ciudad de La Paz.

Coraite reconoció que no tienen cifras exactas sobre el número de afiliados, pero dijo que todos se encuentran en los nueve departamentos del país y con esta cantidad de asociados, la organización campesina, que es afín al gobierno del presidente Evo Morales, puede protagonizar masivas movilizaciones.

“Exactamente no tenemos una estadística, pero tentativamente tenemos más de los cuatro millones y medio de afiliados en los nueve departamentos, entonces tenemos una población bastante representativa, por eso tenemos la capacidad de movilizar, de generar propuestas y proyectos políticos también”, declaró el dirigente campesino a la Agencia de Noticias Indígenas de Erbol.

Coraite, quien concluye su gestión este mes, dijo que la CSUTCB es un ente articulador, entre sus organizaciones sociales y el gobierno porque señaló que terminó el tiempo de las movilizaciones con el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS).

“En otros tiempos este ente era un ente reivindicativo, de lucha, de defensa de nuestros derechos, en estos tiempos somos un ente proponente, generamos leyes desde la iniciativa ciudadana, eso establece la Constitución Política del Estado”, manifestó.

Apoyo de USAID

Roberto Coraite reconoció que mucho antes la CSUTCB percibió el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y otras organizaciones no gubernamentales, pero no precisó qué tipo de ayuda recibieron.

Indicó que el convenio con la fundación Noruega finaliza este año y que el próximo directorio que asuma la dirección de la organización campesina no percibirá nada porque según Coraite, los dirigentes trabajan sin percibir sueldo alguno y no aportan ni un centavo a la organización.

“Hasta esta gestión por suerte hemos tenido todavía el apoyo de APN, es una ONG de sindicatos trabajadores de Noruega, que paga la luz, agua y parte del combustible para nuestros desplazamientos (…) ellos decidieron cerrar porque supuestamente en Bolivia ya no hay pobreza y se van a otras parte del mundo”, puntualizó.