En un marco de gran expectativa, la boliviana Jennifer Salinas, de 31 años de edad, logró someter por 99-90 a la colombiana Yolis Marrugo, de 37 años, consagrándose campeona intercontinental de la categoría súper gallo de la Federación Mundial de Boxeo (FMB).
En un combate pactado por 10 rounds, Salinas demostró confianza, seguridad y dominio, hecho que le permitió obtener un resultado favorable en el estadio Tahuichi Aguilera la noche del sábado.
Luego de un frenético combate, sin tregua durante los diez rounds, la boliviana Jennifer Salinas acabó con la mejor puntuación ante la colombiana Yolis Marrugo y se adueñó del cinturón en disputa que le otorga el título de campeona.
Tras cantar el himno de ambos países el árbitro mexicano Juan José Ramírez dio la orden para el combate. Salinas, con una vestimenta casi plateada, atacó de entrada, pero ese asalto fue más de estudio. En el segundo, en cambio, dos implacables zurdazos rectos levantaron al público que esperaba con ansias un nocaut, pero Marrugo respondió casi sobre el final de los dos minutos del asalto (uno de descanso) con un derechazo en el rostro.
El tercer round fue otro para Jennifer, que a los 37 segundos volvió a acertar otro derechazo provocando saltos y gritos entre el público. En el quinto y sexto rounds el desgaste fue notorio y Marrugo aprovechó para intentar remontar arrinconando a Salinas. De todas formas, Marrugo también estaba desgastada y en más de una ocasión optó por abrazar a su rival en procura de tomar aire.
El octavo y noveno asaltos fueron casi parejos, por los golpes que cada uno logró propinar cerca del estómago. En el último round Salinas intentó lo que el público esperaba, el nocaut, pero el desgaste había sido tremendo. Marrugo intentó aprovechar esa ansiedad, pero no fue suficiente ya que tras el sonido de la campana Salinas corrió a una esquina y levantó los brazos.
Era el anticipo de la decisión que se venía porque los jueces Román Cruz (99-90), Sergio Toledo (99-91) y Edmundo Jacobo (99-90) mostraron la tarjeta a favor de la boliviana que la convirtió en la nueva campeona mundial. La felicidad fue eufórica.
Según medios cruceños, hubo lágrimas en el cuadrilátero y luego en el camarín de la boxeadora boliviana. Sus padres, su esposo y sus hijos estuvieron presentes en la pelea, mientras que Marrugo no estuvo sola, ya que cerca de un centenar de compatriotas se dieron cita en el escenario deportivo para apoyar su participación.
Radio Fides
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