La Paz, noviembre.- Ni el director inglés Ian Pons ni la productora paceña Gran Angular imaginaron que lo que surgió como un cruce de casualidades se convertiría en el videclip boliviano más visto en el mundo: hasta el mediodía de este 3 de noviembre, fue reproducido 168 millones de veces a través de YouTube. Una cifra inimaginable e histórica para Bolivia.
Se trata del videoclip musical “La La La”, del artista inglés Naughty Boy, que fue filmado en la ciudad de La Paz, en el Cementerio de Trenes, el Salar de Uyuni y el Cerro Rico de Potosí. Todo, en Bolivia. El videoclip musical “La La La”, del artista inglés Naughty Boy, filmado en Bolivia este año, ganó el premio “Mejor videoclip urbano/UK Music Video Awards 2013” y ha sumado su quinta nominación: Youtube Music Awards.
El hit –de 4,05 minutos– es una analogía muy a la boliviana del clásico americano (considerado por muchos como un cuento de hadas para niños) el Mago de Oz. El actor central es el niño alteño Franco (Dorothy, en Mago de Oz), y completan el elenco el Hombre de Cemento (el Hombre de Hojalata), el Kusillo (el Espantapájaros), el perro ch’api (el León Cobarde) y las bailarinas (las brujas).
El ajayu de Franco
Es el personaje central de la obra. Tiene 7 años, cursa el segundo básico en la escuela Luis Espinal Camps de la ciudad de El Alto. Los productores bolivianos y los ejecutivos de EMI Music valoraron su disciplina, por eso mismo el de EMI Music le regaló su cámara fotográfica.
El cuenta que lo eligieron mediante su mamá, que es parte del equipo de la agencia Gran Angular y recuerda que el director del vídeo clip, Ian Pons, le dio la instrucciones y la ropa con la que aparece en diferentes puntos de Bolivia. Franco recuerda que el momento más difícil para él, cuando rodaron dentro de la mina, en el Cerro Rico de Potosí.
"Cuando entré a la mina, he visto AL Tío (El Diablo). Después de eso, me he enfermado. Me sentía mal. Me sentía triste y tenía dolor de cabeza". Franco dice que se repuso cuando su mama llamó su ajayu. Es decir, su espíritu.
La historia, el sentido
Así como el libro Mago de Oz –publicado hace más de un siglo– ha sido objeto de muchas interpretaciones, “La La La” también se presta a muchas lecturas. Para los productores, el niño Franco se libera de las manos de un sátrapa que puede ser su padre o un traficante de niños.
En su huida va dar a con un chamán que le marca su destino. Y ahí encuentra al león (un perro ch’api) que se convierte en su fuente de energía, su guía, su voz interior. Franco y su fiel amigo, en adelante, liberan también de su sufrimiento al hombre de cemento y al policía (Kusillo).
En cada liberación, en cada salvación –incluida la suya– el niño se tapa los oídos y repite: “La La La”, como un mecanismo de defensa ante las voces que lo maltratan o ante sus voces internas que lo perturban, o como una forma de bloquear las malas energías, los desalientos, las frustraciones. “Me estoy tapando los oídos como un niño… Cuando tus palabras no significan nada… empiezo: La La La”, dice parte de la canción interpretada por Sam Smith.
Inmediatamente después de publicarse el sencillo, que es parte del álbum Hotel Cabana”, se viralizó en Londres, lo que –a su vez– significó el despegue artístico de Naughty Boy (cuyo nombre es Shahid Khan). Gracias a este videoclip, en este momento él se ha convertido en uno de los nuevos valores del rap en su país.
“La La La" ha sido número 1 en Reino Unido por mucho tiempo, donde aún está entre los más escuchados. Tiene cuatro nominaciones a la mejor canción de Europa.
¿Por qué en Bolivia?
El sello EMI Music envió la canción “La La La” a cinco directores europeos, para que hicieran un guión, una propuesta para un videoclip, sin importar dónde. Entre los directores que fueron tomados en cuenta estaba Ian Pons, quien días antes había llegado a Bolivia para producir “Las cholitas boxeadoras”.
Por esos días, Pons estaba en busca de contactos en La Paz. Quería conocer gente de cine en Bolivia y fue entonces cuando la productora de Gran Angular se le cruzó en el camino. Esta productora le contrató para que dirigiera el proyecto “Matamba sobrenatural”. Pons aceptó el trabajo. Hasta entonces, no tenía idea de “La La La”.
Cuando se embarcaba en “Matamba sobrenatural”, de manera sorpresiva EMI Music le envió la propuesta, ignorando que él se encontraba en Bolivia. Inmediatamente Pons compartió la noticia con la productora. Pons trabajó la idea, Gran Angular la enriqueció. Una semana después, EMI Music eligió la propuesta que le llegaba de este lado del continente.
Pero, EMI Music puso un plazo fatal: “tienen tres semanas para hacer el trabajo”.
Con el tiempo en contra, buscaron el apoyo de otras productoras, hicieron el casting, determinaron los lugares de filmación, trajeron desde Londres la cámara para filmar (en Perú, un día de alquiler de esa cámara cuesta 1.500 dólares) y comenzaron a trabajar hasta 16 horas seguidas por jornada.
Cuando el niño Franco hizo su última escena, alguien pidió aplausos. Toda la producción se detuvo y todos soltaron un prolongado gesto de ovación. Y la madre, una empleada doméstica –que en todo momento estuvo junto a su hijo– estalló en llanto.
No era para menos. A sus 6 años, Franco aguantó las jornadas maratónicas, y pese a no haber sido formado en una escuela de actuación, encarnó muy bien al personaje que muestra el mundo de las miserias humanas, y también al personaje que simboliza la dimensión espiritual adonde todos puedes llegar para perfeccionarse, para tomar decisiones propias e –incluso– para hacerle un “La La La” a El Tío.
Oxígeno
No hay comentarios:
Publicar un comentario