Son las 10 de la mañana del lunes. Las actividades en la Universidad Pública de El Alto (UPEA), están en pleno desarrollo, al igual que el movimiento económico en los comercios aledaños y también bares clandestinos, que funcionan a puertas cerradas y congregan a estudiantes y menores de edad.
Para ingresar a uno de estos locales en esa zona y conocido como Los Tronquitos, que no tiene ningún cartel visible, se debe conocer previamente la ubicación y pasar por varias puertas.
Un grupo de jóvenes pide "cinco calentaditos”, que viene a ser té con té, una bolsa de coca y cigarros. Página Siete estuvo en ese local el lunes 1 de diciembre durante la mañana y conversó con vecinos de la zona, estudiantes y administrativos de la casa de estudios superiores, quienes coincidieron en que el lugar se está tornando peligroso debido al excesivo consumo de alcohol.
En inmediaciones de la UPEA fueron identificados cinco alojamientos, dos salones de eventos sociales, cuatro restaurantes café y karaokes, una docena de servicios de amplificación y orquestas, una licorería y una casa de oferta de trabajo. A su vez, en todas las tiendas había bebidas alcohólicas como Tropi Mix, ron Pampeño, ron Señorial y Barba Negra, entre otras.
"Hay mucha inseguridad porque hay varios bares clandestinos. Los jóvenes están totalmente corrompidos con el alcohol”, se lamenta la dirigente de la junta de vecinos de Villa Tunari, Gregoria Paredes.
De lunes a jueves, las últimas clases en la UPEA se dan hasta las 22:30 y los viernes hasta las 21:00 porque en la noche es más peligroso para los estudiantes y sobre todo los fines de semana.
"Nosotros tenemos que irnos temprano y en las noches acompañarnos entre docentes”, afirma el secretario general de la UPEA, Ángel Alarcón.
En las noches es mejor quedarse en casa, recomienda el supervisor del personal de seguridad de la UPEA, Lucio Quino.
"A veces se ve desde el edificio emblemático a gente pedir auxilio. ‘Socorro, socorro’ gritan, pero no hay manera de salir, nosotros sólo podemos cuidar la universidad”, dice el funcionario de seguridad, Germán Gómez.
Hace un año y medio, los padres de familia del colegio Miguel Gram, ubicado al lado de la universidad, pidieron alarmados a las autoridades la clausura de estos bares clandestinos porque sus hijos los frecuentaban.
Es así que la junta de vecinos de Villa Esperanza (al este de la "U”), Villa Los Andes (oeste) y Villa Tunari (sur) realizaron operativos y cerraron "con palo en mano” los boliches; sin embargo, éstos se volvieron a abrir, pero ahora de manera oculta.
La autoridad universitaria informó que se reunieron dos veces con la Policía. La última fue hace tres semanas, en demanda del cierre de los bares clandestinos. Sin embargo, a la fecha no se realizaron operativos. La nueva rectora interina, Lourdes Martínez, aseguró que mientras esté como autoridad, se continuará luchando contra la inseguridad.
Según el director de Recaudaciones y Políticas Públicas Tributarias del Gobierno Autónomo Municipal de El Alto (GAMEA), Jhony Villalba, en esta ciudad se tiene registradas 270 actividades de expendio de bebidas alcohólicas como peñas, discotecas, bares y cantinas.
"Los demás lugares son ilegales”, asevera Villalba debido a la ordenanza municipal 132 que prohíbe el registro de actividades de esta índole a partir del año 2008, porque son perjudiciales para la juventud.
Ante esta problemática, el intendente municipal de El Alto, Rafael Cáceres, anunció que se tiene programado clausurar de manera definitiva, con el apoyo de las juntas vecinales, 60 actividades ubicadas en los distritos 1,3,6 y 8, donde haya presencia de menores de edad, se venda bebidas adulteradas y se atienda fuera del horario establecido.
De no tener el apoyo de las autoridades, los dirigentes de la Federación Universitaria Local (FUL) de la UPEA amenazan con organizar una marcha entre vecinos y universitarios.
Mientras tanto, el ejecutivo de la FUL, Miguel Ángel Tola, recomienda a los estudiantes caminar acompañados.
"Todos los días llegan denuncias de robos. Esta zona es muy peligrosa. Los estudiantes deben tener cuidado”, dice Tola.
En Villa Esperanza hay 27.803 alumnos
A las instalaciones ubicadas alrededor del edificio de la Universidad Pública de El Alto (UPEA) asisten 27.803 estudiantes, de los 32.000 con que cuenta esta casa de estudios.
Los demás estudiantes son de la Facultad de Ingeniería, donde hay 4.197 matriculados que pasan clases en la zona Villa Tejada Rectangular, a dos cuadras del Obelisco de El Alto, según datos de Registro y Admisiones de la UPEA.
La jefa de esta unidad, Wendy Sepúlveda, informó que de las ocho carreras de ingeniería, la de sistemas tiene más alumnos (1.623), seguida de ingeniería autotrónica (500) e ingeniería textil (200).
Lourdes Martínez asumió como rectora interina de la UPEA y Delfina Daza como vicerrectora. La UPEA aún no ha acreditado a sus nuevas autoridades ante el Ministerio de Economía, por lo que no puede disponer del dinero transferido por el TGN a sus cuentas fiscales.
"El Ministerio de Economía exhorta al Consejo Universitario a tomar las acciones que correspondan en el marco de su estatuto orgánico para elegir a sus nuevas autoridades”, afirma un comunicado oficial.
Página Siete
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