Carnaval de Río de Janeiro al rojo vivo - 2014

Río de Janeiro - Brasil, 3 de marzo.- El Sambódromo entero se pone de pie y sus más de 72.000 espectadores, hipnotizados, comienzan a aplaudir, bailar y cantar al unísono, celebrando excesos, transgresión y fantasía:así comenzó este domingo el primer día de desfiles de las grandes escuelas de samba del carnaval de Rio.

Con la contagiosa samba de la escuela que abrió el carnaval "oficial", Imperio da Tijuca, se inicia la apoteosis del carnaval más famoso del mundo: las 12 mejores escuelas de samba de la "Cidade Maravilhosa" se preparan todo el año y gastan de dos a cinco millones de dólares para desfilar durante una hora por los 720 metros de la pista del Sambódromo.

Hay musas y reinas de esculpidos cuerpos semidesnudos, tacones de 18 cm que dejan dedos ensangrentados e inmensos tocados de plumas multicolores que pesan más de 10 kilos. Hay cariocas que sueñan con este momento todo el año y turistas que han pagado cientos de dólares para desfilar con trajes pesadísimos y calurosos.

"Todo el año vivo para este momento, para una hora de desfile aquí. Esto es lo que me hace feliz: la música, la alegría, ver al público vibrar", dice a la AFP Augusto Junior, de 32 años, integrante de la batería de la escuela Grande Rio. Sentado junto a su tambor (un "surdo"), aprieta un pequeño interruptor y su bléiser de lentejuelas se llena de cientos de lucecitas que se prenden y apagan.

Los desfiles, televisados para millones de espectadores de todo el planeta, tienen lugar en elSambódromo diseñado por el fallecido arquitecto Oscar Niemeyer, un coliseo que en este carnaval cumple sus 30 años de haber sido inaugurado.

Pero no para todos es fiesta: hay cientos de basureros en huelga que han dejado el centro de la ciudad tapizado de desechos. Cuando manifestaban el sábado cerca del Sambódromo fueron reprimidos con gases lacrimógenos por la Policía.

Samba y confusión

Cada escuela desfila con entre 3.000 y 5.000 participantes, divididos en varias alas y roles. Unos 40 jueces estarán encargados de elegir a la escuela "campeona del carnaval" en base a criterios de armonía, percusión, disfraces y tema del desfile.

Junto a varios amigos, todos con calurosos y largos vestidos de raso celeste cielo, enormes tocados y cruces de latón doradas al cuello, la médica Amanda Reis, de 32 años, aguarda su turno para desfilar con la escuela Sao Clemente. El ala en la que desfila representa la religión en las favelas.

"El carnaval son cuatro días completamente fuera de la realidad, eso es lo que me gusta. La confusión, la samba", dice riendo.

El rey Momo declaró inaugurado el carnaval el viernes pasado, al convertirse simbólicamente en alcalde de la ciudad durante cinco días.

Escogido en una competición por su gran sonrisa, gracia al sambar (bailar) y el cuerpo voluminoso -la tradición pide que Momo sea gordo, para simbolizar la gula- el privilegio ha caído sobre los hombros de Wilson Dias da Costa Neto, un mulato de 27 años que esta noche fue el primero en recorrer la avenida Sapucaí con su impecable traje blanco, cetro y corona plateadas, acompañado de la reina del Carnaval.

Pero no solo en el Sambódromo hay carnaval. Unos cuatro millones de personas -incluidos 918.000 turistas- asisten desde hace dos semanas con estrafalarios disfraces a los casi 500 "blocos" o carnavales callejeros que recorren los barrios de la ciudad siguiendo a un camión con potentes equipos de sonido.

Por las calles o en el metro, uno se cruza con grupos de hombres vestidos de bailarinas de ballet, de tutú rosa y piernas velludas, con superhéroes de todos colores y tamaños, con cavernícolas y Fridas Kahlo.

Infobae

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