Parte de la misión parecía cumplida: ganar y no recibir goles. Sin embargo, en tiempo agregado, Lanús recibió un cachetazo que lo complica. El conjunto de Guillermo Barros Schelotto igualó 1 a 1 como local con Bolívar, en el partido de ida de una de las llaves de cuartos de final de la Copa Libertadores, y ahora deberá definir el boleto a las semifinales el jueves próximo, en el estadio Hernando Siles de La Paz.
El Granate consiguió adelantarse muy rápido, cuando Bolívar todavía no había llegado a mostrar sus cartas. A los 7 minutos, tras una muy buena jugada colectiva que se ensució ligeramente por un roce en un defensor, cuando Ismael Blanco intentó tocar en el borde del área, Oscar Junior Benítez despachó un bombazo que se clavó contra el travesaño del arco defendido por Romel Quiñónez.
En ventaja, el local sostuvo su dominio, aunque sin llegadas claras para estirar su ventaja, durante la primera media hora. En el último cuarto de hora se desinfló y permitió que el conjunto boliviano se animara a arremeter contra la valla de Agustín Marchesín. A los 41 minutos, una buena combinación entre José Sánchez Capdevilla y Juan Callejón por la izquierda terminó en un bombazo de Juan Arce que se estrelló contra el cuerpo de Paolo Goltz, cuando tenía destino de arco.
En el complemento, Lanús, un conjunto que hace un culto del buen manejo de balón, perdió el control, se replegó y puso en riesgo su ventaja, porque Bolivar merodeó el área rival. A los 7 minutos, Sánchez Capdevila filtró el pase para Arce, quien sacó un potente disparo que repelió Marchesín. De todas maneras, a los visitantes les faltó picante en los últimos metros campo, más allá del buen pie de Callejón y Sánchez Capdevila.
De lado del Granate, la prestación fue muy modesta en el complemento y apenas llegó con dos tiros libres. En el primero, Quiñónez dio un rebote larguísimo ante un disparo sencillo de Víctor Ayala y Marcos Astina se lo perdió en el rebote. Y en el segundo, el tiro de Maximiliano Velázquez salió junto al palo izquierdo.
La diferencia no era holgada, pero le daba tranquilidad a equipo de Barros Schelotto para enfocar la revancha con buenas perspectivas, por el cero en el arco propio. Sin embargo, en el segundo minuto de descuento, el uruguayo William Ferreira vio el hueco, se animó desde 35 metros y sacó un latigazo que si hizo inalcanzable para Marchesín e hizo delirar a los casi 5.000 bolivianos que coparon la cabecera visitante. Así, la llave quedó abierta y se definirá en el siempre difícil Hernando Siles de La Paz.
La Razón
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