Seguramente ha visto niños gritar y tirarse en el piso para que sus padres les compren un nuevo juguete y probablemente pensaste "este niño no tiene límites". Pero, ¿alguna vez te pusiste a pensar que tú también puedes estar comportándote como una madre permisiva?.
La primera señal es que los niños no tienen límites ni rutina, si pasas por alto las obligaciones porque te parece que los niños aún no las tienen, puede que seas una madre demasiado permisiva. La segunda señal, no tienen tareas en el hogar. El hecho de que tengan que hacer la tarea del colegio, no les imposibilita sentirse útiles en casa. La tercera, no sabes decirles no. Hablar con dulzura siempre no es buena idea, a veces necesitan una voz firme y dura de sus progenitores. La cuarta, dejas que ellos decidan todo, desde saber el nuevo destino de las vacaciones hasta el almuerzo que come todos los días. / imujer.com
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