Cochabamba, 13 Oct.- “La Guerra del Gas en Octubre Negro de 2003”, marcó la vida de bolivianas y bolivianos que vivieron en la ciudad de El Alto y La Paz. La hermana Rosa Damai Rahayu, de la Congregación Misionera Siervas del Espíritu Santo, relata su experiencia como voluntaria en este acontecimiento que enlutó a Bolivia cuando miles de personas se movilizaron en defensa de los recursos naturales.
“La experiencia que marcó mi vida fuertemente en Bolivia fue la Guerra del Gas en Octubre Negro 2003. Prefiero decir octubre más allá de la luna oscura, tiniebla en la que se derramó sangre y muerte”, afirma Rosa Damai.
La hermana Damai recuerda que desde su residencia en El Alto escuchaba las noticias sobre la convulsión y las marchas de mineros e indígenas que llegaban hasta la ciudad. Su comunidad realizaba oraciones para pedir paz, sin embargo, ella decidió caminar hasta La Paz para colaborar con los heridos.
Junto a estudiantes de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), la hermana se movilizó para atender, buscar comida y hacer curaciones a los más de 7 mil mineros de Potosí que se alojaron en los ambientes de esta universidad. Asimismo, junto a los universitarios salió por las calles para ver de cerca la masacre y ayudar en el Hospital de Clínicas que se iba saturando por la cantidad de personas afectadas que llegaban de los enfrentamientos.
Pese a las largas noches de vigilia y del riesgo de recibir balas perdidas, Damai siguió, junto a los jóvenes voluntarios, haciendo un trabajo que significaba esfuerzo, y dedicación ante lo que ellos denominaron “injusticia”. Y lo que más rescata es el trabajo post octubre negro, es decir, el acompañamiento a las personas que tuvieron que vivir con las secuelas de estos acontecimientos.
“No es una opción, es un compromiso porque donde hay injusticia, realmente una matanza, lo más importante es cómo trabajamos después. Yo seguía trabajando con los universitarios y abrimos centros de atención en El Alto y visitábamos a las familias de los más afectados, de las víctimas, los jóvenes se interesaban en esto. Yo me siento muy orgullosa con los jóvenes”, concluyó
Se conoce como “Octubre Negro” a la insurrección campesina popular de octubre del año 2003, hecho que culmina con la dimisión de Gonzalo Sánchez de Lozada, el entonces presidente de la República de Bolivia (2002-2003). Lo que desató este levantamiento fue el anuncio gubernamental de la exportación de gas natural a México y Estados Unidos, pero que económicamente significaba mucha desventaja para el país.
Rosa Damai Rahayu nació en Indonesia. En 1986 ingresó a la congregación Misionera Siervas del Espíritu Santo. Estuvo en Bolivia durante 10 años de misión, esto le permitió convivir y sentirse parte de este país. Desde 2007 colabora con el Instituto de Misionología de Cochabamba donde ha elaborado el libro “Doy mi corazón amante… rostros y clamores en la aurora dela vida” para narrar su experiencia de convivencia con la gente boliviana.
ANF
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