Así como hay alimentos que ayudan a subir el ánimo en momento difíciles, también hay aquellos que no colaboran en nada. Según los nutricionistas René Baldelomar y Roberto Cabrera, se trata de elementos que no determinan pero sí influyen. ¿Quiere saber cuáles son?.
Azúcar. Baldelomar explicó que el azúcar eleva al cielo en cuestión de minutos, pero de igual forma entierra al cabo de unos 20 minutos cuando los niveles en sangre vuelven a bajar. "En ese momento en el que recurrirás a más fuentes de azúcar o bien te sentirás deprimida", apuntó.
Edulcorantes artificiales. Para Cabrera, los edulcorantes impiden la producción de serotonina, por lo que no hay que extrañarse en el caso de que al consumirlos se puede padecer dolor de cabeza y mal humor. "Lo mejor es sustituirlo por miel o stevia", recomendó el especialista.
Comidas procesadas. Según los profesionales, este tipo de comidas producen el mismo efecto que el azúcar. "Mientras se come sube el ánimo, pero una vez se olvida baja el entusiasmo", apuntaron. Así es que es mejor olvidarse del pan blanco, cereales y pastas.
Grasas. Cabrera mencionó que todo lo que sea frito o contenga grasas saturadas es enemigo letal del buen ánimo. ¿Por qué? principalmente, porque obstruye las arterias, incrementa tu peso, añade calorías y ocasiona trastornos cardiovasculares. Por ello, se sugiere decir no a alimentos como mantequilla, pollo frito, papas fritas y otros.
Adiós sal. Todo en exceso es malo. Partiendo de ese principio, un nivel elevado de este elemento puede afectar al sistema neurológico, lo que hará que se sienta deprimido. Eso sin contar con que también lo expone a la hinchazón, retención de líquidos y subida de la tensión arterial.
Alcohol. No existe mentira más grande que aquel dicho de que "las penas se ahogan en el alcohol". Este tipo de bebidas solo generan confusión, descontrol emocional o pérdida del control; "además por supuesto de no ser nada benéficas para la buena salud de tu hígado, también aumentan las posibilidades de tener depresión o aumentarla en caso de que la sufras", señaló Baldelomar.
No a la cafeína. "El café contribuye a padecer estados de ansiedad, incrementando la depresión, el nerviosismo y el insomnio, entre otras cosas", remarcaron los especialistas, a tiempo de indicar que esto también aplica a las bebidas energizantes.
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