Un problema que incomoda bastante a muchos conductores son las abolladuras, rayones y raspones que aparecen en el automóvil y aunque existen métodos caseros para remediarlos, los expertos aconsejan siempre acudir a un chapero para solucionarlo, pues la mayoría de las veces el trabajo sencillo de hacerlo "uno mismo" puede resultar desastroso, según Gregorio Yugra, de la empresa Camsa, servicio técnico en Santa Cruz.
El truco casero. Antes que nada, es bueno aclarar que no se lo aconseja hacer si la pintura del auto está resquebrajada. Todo consiste en aplicar un poco de hielo sobre la abolladura, hasta que la superficie se enfríe. Luego hay que aplicar calor con un secador de pelo.
El contraste de temperatura provocará que la chapa vuelva a su forma original, sin erosionar la pintura original del vehículo. Si la abolladura no se acaba de solucionar, se puede facilitar la tarea empleando un desatascador, con la ventosa se conseguirá succionar la chapa, procurando que no quede hundida.
Lo que dicen los chaperos. Ninguna abolladura es igual a otra, aunque se trate de autos del mismo modelo. Por eso en la reparación se les debe dar un trato diferente, observando cada detalle, trayectoria del golpe, zona, etc. y así actuar en consecuencia para corregir el defecto.
Se aconseja limpiar la zona a tratar de algunos elementos como barro o piedritas incrustadas, luego encintar los bordes de la pieza afectada y cubrir bien las de alrededor con papel para lijar cuidadosamente. Rellenar con masilla de poliuretano los surcos, con un poco más de lo necesario. Una vez secado, hay que aplicar las lijas, de grano cada vez más fino, al menos tres veces. Luego hay que rellenar con masilla las partes hundidas, poner el esmalte metalizado según el color de la carrocería y hacer dos capas en pasadas gruesas a unos 30 cm de distancia y evitar los goteos.
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