De acuerdo a un estudio internacional dirigido por la Universidad de Georgia (EE UU), el déficit de vitamina D, que se sintetiza en el organismo humano por la acción de los rayos ultravioletas del sol, no solo afecta a la salud física –en especial a los huesos–, sino también a nuestro estado de ánimo.
Como explican en la publicación especializada Medical Hypoteses, los expertos ven una correlación clara entre los bajos niveles de vitamina D y el llamado trastorno afectivo estacional, bajones anímicos que se producen en otoño e invierno y afectan hasta al 10% de la población. Quien lo sufre tiene los mismos síntomas cada año y en la misma época, cuando las horas de luz se acortan, reseñó la revista Muy Interesante.
Por ejemplo, múltiples estudios –los responsables del informe han revisado más de cien– demuestran que hay un desfase de unas ocho semanas entre el pico de intensidad de radiación ultravioleta y el comienzo del trastorno afectivo estacional. Y ese precisamente es el tiempo que tarda el cuerpo en procesar la vitamina D. Los científicos, además, saben que esa sustancia interviene en la síntesis de los neurotransmisores dopamina y la serotonina, cuyos bajos niveles están vinculados a la depresión.
Otra conclusión es que un factor de riesgo es tener la piel oscura, ya que sintetiza peor la vitamina D. “Unos minutos diarios de exposición a la luz solar basta para que la mayor parte de la gente regule su niveles de vitamina D”, señala Michael Kimlin, experto en cáncer y uno de los autores del informe.
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