Allá va Martelli en procura de encontrase con el córner. El gesto adusto lo dice todo, hay mucha bronca en el jugador y su instinto de defensor le dice que ahora debe convertirse en delantero.
En la tribuna, los hinchas aún se agarran la cabeza porque no pueden creer lo que acaban de ver: la Universidad de Chile hizo el gol del empate a tres, en el cotejo que los atigrados estaban ganando tres a uno.
El lanzamiento de Cristaldo, de espaladas a la popular, en el arco sur del estadio Siles, no puede ser bajado por Escobar y el balón se le escurre entre las piernas; tal vez dos metros más atrás, está Martelli.
“Cerré los ojos y le pegué como venía, por suerte fue gol”, dijo el brasileño cuyo apellido coreó la hinchada al terminó el encuentro.
“Vine a The Strongest con un perfil bajo porque sé que en el fútbol las cosas se demuestran en la cancha”, expresó el marcador central.
Exjugador de La Paz Fútbol y Nacional Potosí, aguardaba su oportunidad en un equipo grande y The Strongest se la dio. Ya en los anteriores encuentros de la Copa, verbigracia contra el Monarcas de Morelia, se había convertido en figura, pero nadie lo vio porque en el fútbol se nota más a los que hacen goles.
El balón ganó "fuerza cinética" por la forma en la cual Martelli le pegó y fue a dar a las redes con todo violencia: en las gradas del estadio la gente no lo puede creer, ya puede dejar la coramina a un lado, no sirve; el alivio llegó de la mano del tanto conseguido por el defensor. Es el cuatro a tres que garantiza la victoria, por eso el brasileño sale corriendo no importa a donde. Segundos después, queda aplastado por sus compañeros, el cuerpo técnico y algún dirigente que se coló, no se sabe cómo.
Martelli fue la figura del encuentro jugado por el Tigre contra la Universidad de Chile, puede ser que a primera vista parezca un detalle, pero hasta aquí ha sido el mejor partido de la Copa Libertadores.
Erbol
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