18 oct.- Un día como hoy, hace 22 años, falleció Ramiro Castillo Salinas, más conocido como “Chocolatín”. Conmocionado por la muerte de su hijo José Manuel meses antes, debido a una enfermedad hepática, Ramiro decidió quitarse la vida ahorcándose con una corbata en el baño de su domicilio en La Paz, dejando un enorme vació en el fútbol boliviano. Había partido uno de los más grandes jugadores del balompié nacional en las décadas de los 80 y 90.
Era un sábado como cualquier otro y de improvisto la noticia de la muerte de Castillo sacudió al país entero.
El fallecimiento de su retoño había ocurrido durante la final de Copa América de 1997 que organizó Bolivia, lo que obligó al talentoso mediocampista a abandonar la selección que iba a disputar el partido definitorio de ese certamen con Brasil el domingo 29 de junio.
El deceso de José Manuel dejó perturbado a Castillo, quien se sumergió en una profunda depresión hasta poner fin a su vida.
Oriundo de Coripata, al norte de La Paz, el Chocolatín nació un 27 de marzo de 1966, hoy tendría 53 años.
Debutó en el fútbol boliviano en 1984, sus destacadas actuaciones hicieron que emigre a la Argentina donde militó en varios clubes, entre ellos River Plate, también jugó en Chile de donde retornó a su Tigre en 1996 el año siguiente; cruzó la vereda para enrolarse a Bolívar en una transferencia polémica que dejó atónitos a los estronguistas.
El volante fue un referente en el seleccionado patrio con el que disputó cinco copas América (1989, 1991,1993, 1995 y 1997) pero su logro más importante fue jugar el Mundial de EEUU en 1994. Castillo disputó en total 29 partidos oficiales con la Verde y marcó dos goles, el último un 8 de junio de 1997 en Valera, Venezuela, en el empate 1-1 con los llaneros por las clasificatorias a la Copa del Mundo de Francia 1998.
Su último cotejo con la selección fue el 12 de octubre de 1997 enfrentando a Ecuador en Guayaquil en la derrota 0 a 1 con el cuadro tricolor.
La Razón
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