15 nov.- Vecinos de Senkata, Ventilla y Puente Vela, en la ciudad de El Alto, relataron las presiones que ejercen los dirigentes distritales para obligarlos a marchar hacia La Paz. El argumento es sencillo, estas zonas que están alejadas del centro urbano alteño tienen muchas necesidades y la dirigencia amenaza con dificultarles los trámites si no apoyan las protestas. La multa si no participan en las marchas varía entre Bs 100 y 150 por casa.
Ayer, los alteños volvieron a cercar plaza Murillo, pero esta vez sin la misma belicosidad de otros días y solo lanzaron consignas contra la Policía, cuyos oficiales escuchaban impávidos los insultos que proferían los marchistas. Hombres y mujeres marcharon por dos horas alrededor de las barreras que se extendieron en un radio de dos cuadras a la redonda de la plaza principal.
EL DEBER logró conversar con ocho vecinos que ayer llegaron hasta La Paz y a condición de reserva de sus nombres, relataron las presiones que ejercen los directivos y explicaron que existe una pirámide porque es Fejuve la que coordina con los dirigentes de los 14 distritos de El Alto y estos a su vez con los dirigentes vecinales.
En Ventilla, por ejemplo, explicaron que existen tres zonas hasta donde llegaron las viviendas sociales del gobierno. A estas familias les dijeron que como las casas son estatales, el nuevo gobierno vendrá a arrebatar las casas y se quedarán sin nada; por esa razón los vecinos tuvieron que caminar más de 8 kilómetros para llegar a La Ceja, primero, y luego otros cinco hasta La Paz.
En Senkata existe el barrio 5 de Diciembre que no tiene servicios básicos y los vecinos que lograron organizarse realizaban trámites para obtener los servicios del Ministerio de Aguas; pero la dirigencia dijo que ya no habrá servicios porque Evo Morales se fue. Los vecinos tuvieron que marchar pensando que era cierta la información que recibieron.
El bloqueo radical empieza en Puente Vela, los dirigentes y manifestantes lograron mover los bloques que dividían la doble vía La Paz-Oruro y colocarlos a manera de barrera y obligan a los vecinos a salir, por turnos, a hacer guardia en el lugar.
Largas noches
Los vecinos de la comercial Villa Adela, relataron que ellos se organizaron para comprar alambre de púas y cerraron las calles comerciales. Lograron conectar los alambres con energía eléctrica y desde las 22:00 empieza una vigilia por turnos.
La electrificación de las barreras vecinales fue tomada como idea de la Aduana Nacional. Relatan los vecinos que desde 2003, cuando los almacenes aduaneros fueron saqueados se electrificó todo el perímetro.
Asimismo, denunciaron que los que circundan las zonas son muchachos que vienen de otras zonas y ante la ausencia de policías, los vecinos realizan recorridos, incluso exigen carnet de identidad a las personas.
También detectaron que entre los manifestantes que acuden a las marchas de protesta hay ciudadanos cubanos, venezolanos y peruanos.
Uno de los vecinos explicó que muchos de estos súbditos extranjeros portan toletes de la policía y gases, seguramente sustraídos de los ataques a las seis estaciones policiales.
El Deber
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