3 feb.- “El año pasado, gracias a las condiciones climáticas favorables para el desarrollo del cultivo en la campaña de verano y a los buenos precios internacionales de la soya, se logró exportaciones por un valor de 1.371 millones de dólares, lo cual significó divisas importantes para el país. Este año se prevé una baja en la producción debido a la prolongada sequía. Por ello, para que el país se beneficie con la tendencia positiva de los precios de la soya, consideramos que el Gobierno debe facilitar el acceso de nuevos eventos de biotecnología para los productores”, manifestó este miércoles Fidel Flores, Presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO).
El precio internacional de la soya ascendió de forma significativa desde el año pasado, hasta situarse por los 570 dólares por tonelada. En 2021, la producción anual de soya en Bolivia supero los tres millones de toneladas; lo cual permitió mayores excedentes para las exportaciones y un aumento importante en el ingreso de divisas para el país, provenientes principalmente de la harina y aceite de soya.
El sector soyero exporta el 80% de toda su producción ya que el mercado interno es abastecido plenamente con el 20%. El 95% de lo exportado está constituido por harina y aceite, “lo cual significa que se está enviando a mercados extranjeros productos con valor agregado, un beneficio para el país porque representa la generación de empleos por la industrialización”, explicó Flores.
El alza en la cotización del grano y sus subproductos (harina y aceite) se debe principalmente a la prolongada sequía que afectó al sur de Brasil, país que preveía producir 144 millones de toneladas, pero se calcula que no superará los 130 millones. Una situación similar ocurre en Argentina, donde los efectos climáticos mermaron la producción, que apenas alcanzará 40 millones de toneladas, nueve millones menos de lo previsto.
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