2 dic.- Con un consumidor cada vez más exigente y consciente de la calidad y el origen de los alimentos que consume, el sector agroalimentario en Argentina está experimentando una transformación fundamental. La implementación de sistemas de trazabilidad y transparencia en la cadena de suministro se ha vuelto una prioridad, impulsando cambios que van desde el campo hasta la mesa del consumidor.
La trazabilidad permite seguir cada etapa de un producto, garantizando que se cumplan estrictos estándares de calidad y seguridad. Según datos recientes, más del 90% de los consumidores en Argentina desean mayor claridad en el etiquetado de los productos, exigiendo saber su origen y el proceso detrás de cada alimento.
En respuesta, productores, distribuidores y organismos de control están adoptando tecnologías avanzadas, como el blockchain y sensores IoT, que permiten registrar y compartir información en tiempo real sobre cada eslabón de la cadena.
“Estamos en un momento crucial para la industria. Ante un consumidor cada vez más exigente, nos vemos en la necesidad de optar con tecnologías avanzadas en el control de calidad”, explica Santiago Jacquat, especialista en bromatología y seguridad alimentaria, quien comparte regularmente información y consejos sobre este tema en su cuenta de Instagram @bromatologo.jacquat.
Tecnología al Servicio de la Transparencia
Las innovaciones tecnológicas han sido claves para que la trazabilidad sea más eficiente y confiable. Blockchain, una de las tecnologías más destacadas en esta transformación, permite registrar datos de manera descentralizada y segura. Cada etapa de la cadena de suministro se registra en bloques que, una vez sellados, no pueden ser alterados, asegurando que la información que llega al consumidor sea verídica y confiable.
En Argentina, algunas empresas ya han comenzado a implementar estos sistemas para productos de exportación, consolidando así su competitividad en mercados internacionales, especialmente en aquellos como la Unión Europea, donde la trazabilidad es un requisito imprescindible.
Según un informe del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, cada año en Argentina se desperdician aproximadamente 16 millones de toneladas de alimentos, lo que representa el 12,5% de la producción agroalimentaria nacional. La implementación de sistemas de trazabilidad eficientes podría contribuir significativamente a reducir este desperdicio, al permitir un seguimiento más preciso de los productos a lo largo de la cadena de suministro.
Un caso reciente es el de Maidfud, una empresa Chilena que ha adoptado prácticas de trazabilidad en su producción, lo que le ha permitido destacarse en el ámbito local e internacional. Según NoticiasyNegocios, Maidfud ha logrado consolidar su presencia en el mercado con productos que garantizan la calidad y seguridad alimentaria, un modelo a seguir para otras empresas del sector.
Un Consumidor más Consciente y Exigente
La transformación no solo responde a regulaciones o exigencias del mercado internacional, sino también a una evolución en las expectativas del consumidor argentino. Un estudio reciente reveló que 9 de cada 10 consumidores valoran especialmente aquellos productos que detallan claramente su procedencia y el proceso de elaboración, lo que ha llevado a muchas empresas a revisar sus procesos y a mejorar la claridad en el etiquetado de los alimentos.
"El consumidor actual quiere saber qué está llevando a su mesa. La trazabilidad no es solo un valor añadido; es un compromiso con la transparencia y la seguridad", comenta Jacquat, quien destaca también el rol de la educación y la información para ayudar a los consumidores a tomar decisiones conscientes.
Trazabilidad como Ventaja Competitiva para Argentina
Para el sector agroalimentario argentino, la adopción de estos sistemas no solo significa responder a una demanda interna, sino también aprovechar una oportunidad en el mercado global. La trazabilidad permite que el país se posicione como un líder en productos agroalimentarios de alta calidad, aumentando así el valor de sus exportaciones y consolidando la confianza de los compradores internacionales.
Carlos Castagnani, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), enfatizó recientemente: “La trazabilidad debe llegar a las góndolas”. Este comentario subraya la importancia de que la identificación electrónica de los animales trascienda los frigoríficos y esté presente en los puntos de venta al consumidor final.
A medida que esta tendencia sigue creciendo, el desafío será garantizar que más empresas del sector puedan acceder a estas tecnologías y beneficiarse de ellas. La implementación de trazabilidad en toda la cadena de suministro requiere una inversión y un compromiso conjunto entre productores, organismos de control y empresas tecnológicas, pero representa una oportunidad invaluable para construir un sistema alimentario más seguro y transparente en Argentina.
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