El Alto, 17 feb.- Franz Apaza Aramayo inicio en el año 2000 su carrera como actor y en el 2006 se encamina en la dramaturgia boliviana, buscando así en cada uno de sus escritos un pensamiento de reflexión y concientización en la sociedad, sobre todo en las nuevas generaciones, que pueden ser manipuladas hacia los malestares sociales.
En el 2023 nos propone su obra “Alcohol, el alimento de los necios”, su estreno se realizó en el teatro Raúl Salmón de la Barra, el 24 de octubre. Dicha obra pertenece al género del drama social boliviano, en tres actos, la cual tiene dos finales, una es apta para colegios y la otra es para personas con criterio formal y serio, alejadas del morbo ya que se evidencia un tabú que trata de negar una triste realidad social.
Según el autor, la obra relata una realidad que muchos hogares están pasando, algunos padres dejan un legado a sus descendientes, del significado del “ser una persona social”, predestinándolos así en los caminos de la terquedad, los fracasos, las desilusiones y las dependencias. Incluso llegan a cometer acciones que son aberrantes e imperdonables que realizan en contra de su propia familia, es por eso que la sociedad trata de ocultar o fingir la existencia de estas circunstancias denominadas como tabús.
Esta es la historia de dos hermanos Sonia y Óscar, quienes viven en un lugar humilde, pero años atrás ellos tenían una casa acorde a una clase adinerada. Pero sus padres bebían en exceso, se escudaban en la fe y la devoción y sin darse cuenta heredaron a sus hijos las tristes huellas psicológicas, de un pensamiento necio y equivocado del poder salir adelante o enfrentar los problemas del cotidiano diario vivir. A causa de un accidente los progenitores pierden la vida, dejando a sus hijos huérfanos y sin estabilidad económica.
El autor trata de que exista una autoconciencia del legado que los padres dejan a sus descendientes, ya que el alcoholismo deja en cada nueva generación de jóvenes como adolescentes, una herencia de desilusión, temor o ideologías equivocadas del ser una persona de provecho para sí mismo, o su contexto social. Porque un dependiente de este malestar solo se escuda con argumentos y pretextos que niegan su triste verdad o realidad, haciendo que se hundan más en este vicio que terminara con sus vidas.
/Prensa
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